10.1 Sinfonía de amor

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Sinfonía de amor

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Con sonidos armonios y suaves, el salón de aquel establecimiento era llenado por un agradable sonido de piano. El autor, un castaño de dedos largos y sincronizados, sin necesidad de alguna pauta, él tocaba lo que a su memoria llegaba, esa y muchas tonadas, entre agudas y graves.

Estando en el coro de aquella melodía y sabiendo que era el final, presionó con más fuerza los teclados negros y blancos para elevar el sonido musical. Cerrando los ojos, moviendo su cabeza al son de ello, hasta que acabó. Pero con ello comenzó una tonada más débil y hermosa, el sonido de unos beats en su cabeza, acompañando la sincronización de aquellas melodías melancólicas.

Taehyung cerró más los ojos e imaginó al que fue su amigo, hermano, dueño de su corazón por algún tiempo, bailando al son de esa triste melodía y el constante beat, que le añadía ese ritmo hiphopero, como le decía el castaño.

Sus pies intentaron seguir el ritmo de los pasos de baile, recuerdos fugaces de las diferentes audiciones al que acompañó al bailarín. Sus sonrisas, el tacto, sus besos, su cuerpo.

Taehyung terminaba de tocar aún con los ojos cerrados y a pesar de eso, unas lágrimas surcaban por sus mejillas, sonrió al saber que la mejor parte llegaba al final, cuando él le entregaba una rosa blanca al final de su presentación.

–Amor. – murmuró Taehyung abriendo los ojos, sus dedos inertes ante los teclados, el silencio de nuevo reinando el salón. Sonrió de nuevo, limpiándose los restos de aquellas traicioneras, las únicas que lo acompañaban cada vez que entraba allí y tocaba lo que en ese momento sentía.

Tragó un poco de saliva para componerse mientras arreglaba un poco el lugar antes de retirarse.

Cogió de su saco afelpado en las mangas, era su favorita y así tuviera una docena de otros sacos en su armario, ésta la podría utilizar una semana entera y no se aburriría. De camino a su departamento le tomó aproximadamente tres minutos, entre que llegaba al ascensor y esperaba a que abordara.

Y antes de siquiera llegar a su puerta, una pequeña sonrisa surcó sus labios al encontrar una barra de chocolate en la base de esta.

Acomodando su saco, se agachó y recogió el pequeño paquete, miró a los lados como de costumbre y como intuyó no encontró a nadie.

–Bueno, gracias misteriosa persona, me hacía falta uno de estos. – agitó el paquete por encima de su cabeza como si hablara con esa persona. Por cordialidad, Taehyung hizo una venia delante de su puerta, para luego entrar a su hogar. Una motita negra con tonos claros se acercó al castaño corriendo y dando pequeños ladridos hasta posar sus patas delanteras en las piernas de su dueño. –¡Yeontan! ¡Yeontan! – cargó Taehyung a su mascota, dejó que este le lamiera su rostro y caminó con él hasta la cocina. –¿Me extrañaste cierto?¿Que diabluras has hecho hoy, cuéntame? –

Como todo un escurridizo, Yeontan husmeó el paquete que su amo tenía en manos al lado suyo, pretendiendo morderlo Taehyung lo alegó de sus pequeñas fauces.

Entre pequeñas pláticas, Taehyung logró hacer una taza de chocolate con leche para él y una taza con más leche que chocolate para Yeontan. Así, con Taehyung sentado en la mesa y Yeontan en el suelo, tomaron de sus respectivas bebidas. El castaño aprovechó, conectando su celular a un cargador cercano y revisó las notificaciones que iban llegando cual cascada. Atendió primero los mensajes de su hermano.

Compendio Del V | HopeWhere stories live. Discover now