Capítulo 49

205 8 4
                                    

Todos nos quedamos en silencio ante tal respuesta hasta que Tomás rompe el silencio

-Entonces si no te hacemos nada no nos a traicionar

-¡TOMÁS!- lo regaña Raúl

-Jajaja déjalo, ese fue un caso extremo, no lo haría otra vez y ustedes se ve que son buenas personas además creo que ya les estoy tomando cariño- le sonríe tiernamente a Tomás

-Jajaja eres agradable

-Por mi parte puedes quedarte-todos asienten ante mi declaración

-Gracias aunque tengo la duda de ¿Por qué Javier estaba así cuando llegué?

-No, había, comido, tres, sema-nas

-Me imagino que por nosotros-Javier asiente-lo siento pero yo no controlaba nada

-No te preocupes, nos ayudaste

-Por cierto ¿Qué le pasó a Guillermo?-pregunta con inocencia Verónica

-Lo maté-suelta Sebastián

-¿Por qué?

-Trató de matarme- digo con algo de tristeza y enojo, no éramos cercanos, creo que nadie lo era pero igual duele que casi me matara y quien estaba traicionando a su grupo fuera el que te salvara.

Todos se quedan en silencio y en Javier se nota una mirada con algo de furia, mientras en la de Verónica preocupación y espanto.

-Gracias Sebastián-él asiente y Verónica se lanza y lo abraza, él responde y la abraza algo extrañado

-Es su novia- dice con una sonrisa Mike, no puedo evitar sonreír también mientras Sebastián pone una cara de diversión

-¿Qué edad tienes?-pregunto mientras llevo un cigarro a mis labios

-Veinte

-Con razón te veías así de joven

-Mañana cumplía los veintiuno si no mal recuerdo

-¿Pues qué vas a querer de regalo?

-Con liberarme de ellos fue suficiente

-Yo te quería dar una ardilla

-Jajajaja

Pasa el rato mientras reímos y contamos un poco de nosotros hasta que poco a poco nos vamos a dormir al camión y Sebastián termina por tomar la cama destinada para Guillermo.

______

Me despierto en la madrugada por cuarta vez y desesperado salgo del camión, veo a Javier vagando por el taller como de costumbre

-¿Ya no tienes hambre?-niega con la cabeza y me acerco

-Gracias, por, la, ropa

-De nada, entonces sí te acuerdas- asiente- ¿Te gusta?

-Me, queda, mejor

-Me visto bien-digo en son de broma y consigo una sonrisa de él

-¿Qué, pasa?

-No podía dormir

-¿Por?

-No lo se, no estoy cansado ¿quieres salir?-él asiente y nos dirigimos a la salida

Afuera nos acostamos en una rampa para los autos enorme para poder mirar el cielo.

-Javier ¿Qué sentías o pensabas cuando estabas hambriento?

-Nada, desepe-ración

-¿En serio nos veías como alimento?

-Sí, pero, me, contro-laba

-Ahora dinos si llegas a ese punto, me dolía verte así- él asiente y nos quedamos viendo las estrellas un buen rato, nunca había visto tantas, supongo que es porque ya no hay humanos que causen contaminación.

No sé en qué momento me quedé dormido en esa rampa pero al despertar vi a Javier sentado a mi lado viendo hacia todos lados.

-Buenos días ¿Por qué no me despertaste?

-Te, veías, tranquilo

-Bueno gracias pero mejor entremos, me estoy congelando-me levanto y Javier me sigue hasta la puerta.

Al entrar todos están despiertos preparando el desayuno menos Rubén que está cortando la carne de los cuerpos para guardarla en caso de que a Javier le de hambre.

Me acerco a él por detrás con algo de curiosidad-¿Dónde vas a guardar tanta carne?

-En muuuuuchas bolsas de plástico y en el estómago de Javier

-¿Te ayudo?

-Por favor-tomo un cuchillo y veo como Sebastián deja un cuerpo de los hombres que él mató anoche

Sebastián: Ya están todos ¿quieren que les ayude?

Rubén: Sé que tienes experiencia pero no quiero que  nos traiciones por ponerte a cortar carne humana

Sebastián: Ja ja eres un idiota Rubén

Luis: Calla y dale un cuchillo al niño

Sebastián: Gracias anciano

Luis: No soy tan viejo

Sebastián: ¿Cuántos tienes? ¿29?

Luis: 34

Sebastián: Te ves más joven

Luis: Eres mi nuevo favorito

Sebastián: Jajajaja perfecto soy el favorito del jefe tómala Rubén

Rubén: En un rato lo seré yo otra vez

Luis: No creo, la favorita mayor es Verónica y tu nunca fuiste un favorito

Rubén: Ella te da sexo a eso nadie le puede ganar

Luis: No digas eso, hay niños presentes

Sebastián: No soy el más niño

Luis: No le ganas ni a Tomás

Sebastián: Pero si Tomás tiene catorce años

Rubén: Y se ve más viejo que tú

Todos reímos mientras seguimos con nuestra tarea y nos damos cuenta de que al final por cada bolsa sale un cuerpo, todas las guardamos con cuidado en una esquina y procuramos tapar lo mejor posible el olor con plástico para evitar algún accidente.

Pasan los días y cada vez que es necesario le damos un cuerpo a Javier para que él se quite el hambre y lo demás lo dejamos guardado.

En veinte días ya se han acabado los cuerpos, me alegro sinceramente, el olor iba a empezar a ser insoportable aunque a Javier no le interesaba mucho pero aún así se que él prefiere atrapar su comida, que la sangre siga corriendo por las venas al ritmo marcado por el corazón y si me lo pongo a pensar un poco no lo culpo, era su costumbre y se la quitamos casi por completo como a un león enjaulado, la comida ya ha bajado bastante y ya empezamos a ver cada vez más zombies por aquí, nos tenemos que ir ya para dejar este lugar como segunda opción por si acaso.

Después de que se acaba la comida de Javier dejo que salga a buscar un poco de alimento como a él le gusta, suena cruel muchas veces pero no es que matar a todo un grupo a sangre fría nos haga muy civilizados ni perseguirnos para comer pero así es ahora, el hambre ha cambiado y no solo para Javier.

Soy un zombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora