Especial-Tú eres la perfección

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Narra Javier

Despierto en la mañana por la alarma del celular. Me levanto lentamente y veo la hora, 8:30, es sábado no tengo colegio ni trabajo, ¿de qué era la alarma?.

Me levanto de la cama tratando de recordar por qué puse la jodida alarma.

Comienzo a bañarme y vestirme con una pinta bastante casual. Al terminar antes de salir del cuarto escucho el claro sonido del celular que anuncia una llamada. Es Laura.

-¿Bueno?

-Javier ¿vas a venir? Ya te estoy esperando-mierda el cine

-Claro solo me quedé dormido perdona en un momento voy para allá

Mierda mierda y yo bañandome con mis calmas .

Salgo corriendo de la casa, a penas tomé la cartera, el celular y las llaves.

Me meto en el auto y conduzco lo más rápido que puedo a la plaza.

Subo acelerado las escaleras de la segunda planta buscando a Laura. La encuentro por fin sentada en un banco entre un mar de gente.

Trato de llegar a ella mientras choco con una persona prácticamente a cada paso que doy, mierda, odio la navidad.

-Al fin te dignas en llegar

-Lo siento amor, me quedé dormido

-Bueno no importa, ¿Cuál película vamos a ver?

-Pues no creo que queden entradas, hay demasiada gente comprando regalos de última hora, además todos vienen con sus familias al cine

-Lo sé te vi tratando de llegar, casi mueres aplastado

-No digas lo que es obvio

-Jaja ¿ves?, pareces Grinch-empezamos a caminar a una pequeña cafetería

-Perdóname por no disfrutar de celebraciones tan innecesarias

-Ve el lado positivo vas a reunirte con tu familia en la cena

-Odio los sermones de mi tía, son tan aburridos y siempre se tratan de Dios y prácticamente ya me sé todos los discursos de memoria, además ni yo digo algo nuevo

-Pues puedes ser el primero en innovar

-Ya gasté todos mis parloteos

-Bueno al menos disfruta de la compañía de tus padres y tu hermana, ya casi no la ves

-Eso sí-entramos a la cafetería y nos formamos mientras vemos la variedad de café que hay a nuestra disposición-¿Qué va a querer la princesa?

-Mmmmm...quiero un café de vainilla

-Lo que la reina mande-Laura suelta una pequeña risita, es divina.

Nos sentamos a conversar mientras preparan nuestro pedido, incluso cuando está listo no prestamos mucha atención a la bebida hasta que empieza a enfriarse.

Las tazas se vacían y no paramos de conversar, un trabajador llega a la mesa a decirnos que ya están cerrando mientras se disculpa, veo a la ventana, está la luna adornando el cielo acompañada por las estrellas.

Pagamos y agradecemos la paciencia de los trabajadores por las tardanza.

Al salir cruzamos toda la plaza sin una sola alma con todas las cortinas cerradas de los establecimientos donde solo se escucha el eco de nuestras bromas y risas sin sentido con nuestras pisadas en segundo plano. Pago el estacionamiento y subimos a mi auto con una sonrisa muy notoria en nuestros labios.

-¿Ya te tienes que ir verdad?-pregunto mientras enciendo el auto

-No, pero ya es muy tarde como para regresar a mi casa-responde viendo la hora en su celular

-¿Qué hora es?

-Las once y media

-Mejor quédate en mi casa, no quiero que te pase algo en el camino

-Por mi no hay problema pero no tengo ropa en tu casa

-Dejaste ropa la semana pasada cuando fuiste a la fiesta, acuérdate

-Cierto, entonces vamos-encamino el auto a mi casa mientras platicamos de temas al azar que cambiamos cada cinco minutos sin que tengan algo que ver uno con el otro.

Me detengo en la entrada de la casa y acomodo el auto en su lugar, ya son las doce y media.

Ayudo a Laura a bajar y le abro la puerta de mi casa, que ya conoce perfectamente. Deja su bolso en el sillón como siempre y caminamos a mi habitación, yo me quito la ropa y me quedo solamente con unos sencillos pantalones de pijama, Laura se quita todo y se queda en ropa interior, yo le doy una camisa dos tallas mayor que la suya para que se sienta más cómoda, se ve realmente adorable y sexy a la vez.

Nos recostamos en la cama y nos cubrimos con las cobijas, yo apago la luz y abro la cortina de la ventana a nuestro lado para ver el cielo despejado.

-Amor

-Dime

-Aún no tengo sueño

-Yo tampoco

-Estaba pensando que...podríamos jugar un rato-pone su mano en mi pecho desnudo y me mira con una cara que yo reconozco perfectamente

-Como la princesa desee

La empiezo a besar y ella corresponde.

Éste día no pudo ser mejor...


Soy un zombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora