Capítulo 45

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Narra Luis

Guillermo: ¿De dónde piensas sacar uno?

Luis: En las paradas debe haber uno todavía

Marco: Es muy inseguro

Carlos: Podemos blindarlo, desmantelamos un vehículo o algo y usamos la lámina para cubrir ventanas y puertas, podemos incluso modificar el camión para aplastar zombies sin que sufra daños el motor

Marline: No suena nada mal, además podemos dejar las cosas en un lugar seguro y dormir en ese mismo lugar cómodamente, hacerlo como una casa rodante.

Rubén: Solo debemos encontrar un lugar donde podamos trabajar sin llamar la atención y estén todas las herramientas necesarias para lo que vamos a hacer.

Raúl: Vamos primero por las herramientas y después el autobús.

Marline: Vamos a un taller mecánico genios

Carlos: El detalle es cómo llevar a el camión para arreglarlo, además ¿alguien aquí sabe algo de autos?

Raúl: Yo sé algo, mi padre era mecánico

Marline: ¿Sigue vivo?

Tomás: Lo mordieron la primera semana

Marline: Lo siento

Raúl: No hay problema no éramos muy unidos pero puedo llevarlos a su taller y ahí nadie nos va a molestar mientras trabajamos

Mike: ¿Qué tan lejos está?

Raúl: No mucho pero mejor pensamos en el camión ¿no?

Carlos: Podemos ir a la parada, está cercada, es una base y ahí no creo que hayan entrado

Luis: Seguramente también está infectado

Verónica: Entonces vamos a una que no esté cercada

Marco: Ya se los debieron de haber llevado

Raúl: No cualquiera se tomaría el tiempo de hacer lo que nosotros y no todos conocen de ese tema.

Marline: Vamos a una base y ahí pensamos en cómo moverlo y en cómo blindarlo sin que se note.

Luis: Vale

Todos nos levantamos y tomamos las cosas, la mayoría recuerda dónde estaban las estaciones de autobús.

Llegamos a una y... sorprendentemente no está infectada o a simple vista no se ve.

Saltamos la reja y empezamos a inspeccionar lo mejor posible cada uno de los autobuses sacado la gasolina de los que aún la poseen.

Elegimos el que está más completo y donde nos parece que podemos viajar todos a nuestro gusto, once personas no deberían de representar tanto problema pero bueno, todos están igual de jodidos.

Tomamos refacciones que Raúl cree que vamos a necesitar, después de todo eso subimos todos al autobús y Raúl nos conduce entre pequeñas calles para ser discretos. Yo voy a su lado ayudándolo con no dañar el camión.

Para cuando Raúl dice que llegamos es un lugar un tanto alejado pero tiene una gran cortina de metal cubriendo la entrada con ayuda de algunas tablas.

Hay llantas en el piso apiladas dejadas a su suerte. Un lugar que no ha sido tocado ni por asomo hace mucho tiempo.

Raúl abre la cortina con una llave escondida debajo de una maceta castigada por el tiempo, si que conocía bien éste lugar, yo conduzco a su interior el camión lo más cuidadoso posible, dentro hay herramientas que ni siquiera conozco junto a dos autos con el cofre abierto llenos de polvo, ya tenemos qué desmantelar.

Raúl cierra la cortina que nos esconde por completo, pone un seguro y un candado por si las dudas.

Sin decir palabra alguna todos comienzan a acomodar la gasolina y piezas donde Raúl y Tomás les indican.

-Sabes que no tenemos armas suficientes para defender todo esto

-Lo sé, ayudame a pensar en algo Mike

-Si supiera dónde estaban las armas del narcotráfico lo haría

-¿Y las estaciones de policía?

-Ya debieron de haber saqueado todo

-Estoy pensando algo realmente estúpido

-Pues...ahora necesitamos opciones

-Podemos quitarles todo a los que nos persiguen

-Cierto, fue una estupidez de primera categoría

-Dime si tienes otra idea

-No la tengo pero si quieres aún rescatar un poco de nuestra humanidad debes hacer esto justo

-¿A qué te refieres?

-A que voten si quieren o no hacerlo

-Mike no me quiero arriesgar a que nos quiten todo esto, volvió Javier y con comida, nos trajo protección y todo este paraíso, no quiero que nos quiten esto

-Lo sé, lo sé pero no los puedes obligar y en todo caso necesitas planearlo con su ayuda

-El miedo puede hacernos cometer locuras y sé que perder todo esto les da miedo

-Lo admito pensar en perderlo me aterra pero no nos debemos arriesgar por eso

-Podemos librarnos de un problema, conseguir armas y probablemente hacerle un favor a otros grupos

-¿Qué tienes en mente? Se preciso

-Quiero terminar y ocultar el camión listo para salir, ir con esos idiotas y matarlos, son pocos, no nos van a representar un trabajo tan grande

-Quieres un suicidio

-El que no arriesga no gana

-Tienes razón pero actúa con cuidado

-Tengo una voz muy quejumbrosa que me mantiene vivo, es muy molesta y le digo Mike

-Jajaja te odio perro-sonríe, hace mucho que no lo hacía, no puedo reprimir mi sonrisa-Voy a ayudar con lo que hacen-Mike se va con los demás

-Hace mucho que no te veía sonreír amor-volteo mi vista, es Verónica con una sonrisa llena de ternura

-Yo sigo amando esa sonrisita tuya, nunca me voy a cansar de verla-ella se acerca a mi, al estar de frente me da un apasionado beso que correspondo al instante

-¿Ya planeaste cómo vamos a hacer lo del camión?

-Eso lo voy a arreglar en un rato con Raúl, no te preocupes por eso

-Ve pensando bien, no quiero que se descomponga en plena persecución

-Tienes razón, siempre la tienes-un largo beso acompañado de sonrisas de cada uno

-Que no se te olvide eso ¿ok?

-Ok

Javier se acerca con paso torpe digno de la gracia de un zombie, pero decidido al mismo tiempo, eso me preocupa

-Escucho, disparos

-¿Vienen hacía acá?-levanta los hombros señalando que todavía no puede saberlo

-Solo hay que hacer parecer que no hay nadie aquí adentro -Verónica tiene razón

-Pero ¿cómo nos pudieron seguir hasta aquí?

-Sería que alguien los trajera aquí

-Cierto pero nadie lo haría o al menos eso quiero pensar. Javier vigila a todos discretamente, también tú Verónica, no quiero que pase algo

Ambos se van y yo quedo solo con mis lúgubres pensamientos. ¿Y si alguien nos traiciona?

Soy un zombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora