Capitulo 28: Solos.

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Como todo final de mes, había una reunión con los encargados de cada departamento, incluyendo a Erín y sus padres.

Ese viernes la reunión era el doble de importante porque era el cierre del cuatrimestre en la compañía, donde iban a evaluar desempeño y desenvolvimiento de la empresa durante los últimos cuatro meses.

Erín le pidió a Rochel que la acompañara, aun aunque ella trato de poner mil excusas para no asistir a esa reunión frente a Margaret, Erín no dejó que la convenciera de no asistir.

Al pasar la semana, Rochel ya había conseguido un pantalón más ancho, y camisas que le quedaban perfectamente bien para ocultar su pequeña barriga. Sin embargo, no tenía deseos esa semana de usar maquillaje, por lo que ella se veía diferente.

Ella estaba haciéndole recordar a Erín la época fallida de la política de cero de maquillaje de su madre en la otra sucursal.

Erín recordaba los rostros lánguidos y descoloridos de las empleadas, con los labios sin color, se parecía más a un convento de monjas, no una empresa.

La suerte había sido que Margaret no había persistido con esa disposición. No era justa y era ridícula para Erín, pero es que ella no le jugaba mucho la contraria a Margaret. Respetaba a su mamá por sobre todas las cosas.

Ella tenía la idea de que el lunes de la semana entrante revelarían el sexo del bebé y que todas las instalaciones tendrán lacitos de color lila o marrón, según lo que sea el bebé.

Le parecía una idea abrumadora, estaba segura que el personal no le interesaba el sexo del bebé. Pero no sería ella quien se lo diría.

Volviendo a Rochel, aunque Erín era sencilla, pensaba que un poco de pintalabios, o algo de polvo no le caía mal a nadie, pero como sabía que ella estaba embarazada no le quería presionar a que se arreglara.

Rochel estaba sentada sin levantar la mirada. Quería evitar cruzar miradas con Jorge, y quería evitar mirar a Margaret.

Cuando la reunión finalizó, que empezaban a levantarse, Ollie se levantó, quien estaba presente en la reunión porque era parte de la representación de su padre y el otro socio extranjeros de los Hernández.

—Hoy está muy Jolie, querida Margaret. —Expresó poniendo ambas manos encima de la mesa, mirando hacia Margaret y Jorge, que estaban todavía sentados uno al lado del otro—. La espera de su bebé, ¿será eso?, ¿no se siente afortunado señor Hernández? —le preguntó.

Rochel no levantaba la mirada, pero no soportaba la situación, se levantó de su silla, tomando los cuadernos.

—Claro que sí, somos afortunados. —Jorge miraba a Ollie a los ojos, mientras asentía.

—De hecho, esta empresa no sería nada si ustedes dos no estuviesen así. El éxito de esta empresa es la familia unida que tienen. —Ollie se puso derecho—. Yo en serio los felicito. Todos deberían de tomar de ejemplo: este matrimonio es la receta para esta empresa tan exitosa, ¿ven cómo los resultados siempre son positivos? —Le decía serio, se había puesto las manos en los bolsillos mientras hablaba.

A Erín le extrañaba que los halagara tanto. Rochel lo miraba, honestamente, cansada de todo.

—Gracias Ollie, estás muy amable hoy. —Margaret le agradeció—. Espero que estés presente el lunes, revelaremos el sexo del bebé.

—Sin duda.

Rochel terminó de salir y los dejó hablando. ¿Qué pretendía Ollie? Era cruel, estaba siendo cruel en ese momento. Él más que nadie sabía que ese matrimonio estaba en ruinas, y que ella era la prueba de eso.

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