23.

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Tom se dejó caer sobre sus rodillas en la entrada de su habitación, sentía como si ondas de calor llegarán a su rostro y su respiración estaba agitada no estaba seguro si era por la excitación o por los nervios de poder haber sido expuesto espiando al mayor.


Había muchos pensamientos que cruzaban su mente, el hecho de que el nunca había visto a un Alfa eyacular lo tenía sorprendido y más aún al ser alguien que el ha comenzado a amar nuevamente y con más intensidad.


Se puso de pié y caminó hasta su cama, se recosto y se cubrió con una delgada manta blanca, encogiendo las piernas hacía su pecho y sintiendo como su erección tocaba su vientre con fuerza.


No se tocaría, no calmaria sus ansias de deseo, pues desde la vez que Tord lo forzó a tener relaciones sexuales el no ha sentido su cuerpo como suyo; su cuerpo de Omega, el no podía comprender aún que estaba hecho para recibir a un Alfa en su interior y que tal vez eso se sintiera bien.


Después de tanto pensar para distraerse comenzó a sentir que el cansancio lo alcanzaba y se dejó llevar.


El menor despertó tarde por la mañana y para cuando bajó las escaleras todos los demás estaban ya despiertos y desayunando, al entrar en la cocina colocó su mirada sobre el noruego que estaba de espaldas a él colocando mermelada sobre una tostada.


--Buenos días-- saludó a los presentes.


--¡Buenos días!-- le respondieron Edd y Matt.


El noruego al escuchar la voz de Tom se volteó a verlo de inmediato.


--¡Buenos días Tom!-- dijo Tord con una sonrisa --Hoy estoy libre para acompañarte a donde quieras--.


Tom se sorprendió había olvidado la nota que le había escrito aquella noche, hoy era el día que podía salir con Tord y lo haría no iba desaprovechar la oportunidad de arreglar las cosas.


--Si gracias-- respondió algo tímido no podía evitar actuar así frente a el Alfa.


Los chicos desayunaban todos en silencio pero no uno de esos incómodos solo un silencio en el cual estaban todos metidos en sus pensamientos.


--Mandé mi número de celular-- interrumpió Matt emocionado.


--¿De que hablas?-- preguntó Tord.


--¡Ya saben! para ganar los boletos para ir a Asdf Land-- dijo Matt.


--¡Ahh claro!-- exclamó Edd.


--¿Crees ganar?-- preguntó Tom mientras comía otro bocado de su desayuno.


--Bueno yo espero-- dijo entusiasmado el pelinaranja -- Creo que nos los merecemos--.


--¡Si sería genial!-- dijo Edd.


Fue la única y corta conversación que tuvieron esa mañana, al terminar el desayuno, los chicos se dispersaron dentro de la casa.


Varias horas habían pasado en las que el menor rebuscaba ropa dentro de su armario en busca de unos jeans limpios o almenos decentes para salir, cuando un golpe en la puerta captó su atención.


--¡Adelante!-- dijo Tom aún con la cabeza dentro del armario. Pero tras no escuchar pasos adentrarse a la habitación volteó su mirada a ver de quien se trataba.


Era Tord parado bajo el marco de la puerta vestido como siempre su sudadera roja y unos jeans negros con algunos cortes sobre la tela.


--¡Tom estoy listo!-- dijo con una sonrisa, aún sin atreverse a ingresar en dicha habitación.


--Si lo siento, solo estoy buscando unos jeans-- el menor de disculpó por su tardanza.


--Bien estaré esperándote abajo-- dijo Tord.


El noruego bajó las escaleras y pudo escuchar la puerta de la habitación de Tom cerrase, seguro ya había encontrado ropa.


Despues de unos minutos Tom apareció con unos jeans gris claro que se ajustaban perfectamente a su anatomía.


--¡Maldición!-- dijo el menor mientras se miraba los jeans --Fue lo único que encontré--.


--S-s-e te ven bien-- dijo el noruego sin poder despegar la vista del menor.


Antes de que el menor pudiera agradecer el cumplido una voz los interrumpió.


--¡Se divierten y se cuidan entre ustedes!-- dijo Edd saliendo de la cocina con una lata de cola en sus manos.


--¡Claro que si Edd!-- sonrió seguro Tord, mientras pensaba en lo protector que Edd se había vuelto con Tom desde que se enteró que era un Omega.


Se despidieron del amante de cola y del pelinaranja que cepillaba su cabello cuidadosamente frente a un espejo de mano.


Subieron al automóvil y el noruego miró a Tom.


--¿A donde me dirijo?-- preguntó amablemente.


--Amm-- el menor se quedó pensando repasando mentalmente todos los lugares a los que deseaba ir y buscando un orden para estos --A la plaza comercial-- pidió.


--¡En seguida!--Tord encendió el automóvil y se dirigió a dónde Tom quería.

Sálvame » OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora