Living In A Dream [ Harry Potter ]

Thirty-three: Quidditch

Treinta y tres: Quidditch

Cuando Lucy despertó creyó que no había dormido ni cinco minutos.

—Lucy, linda es hora de levantarse —alguien zarandeaba a la chica, esta se tapó con el edredón.

—Un momento —susurró Lucy.

—Yo me encargo señora Weasley —escuchó que alguien decía.

—Gracias querida —se escuchó la puerta cerrarse y segundos después alguien la zarandeó con fuerza haciéndola caer de la cama.

—¡Auch! —gritó la pelirroja, abrió los ojos y vio a Hermione riendo, Lucy tomó su almohada y se la aventó.

—¿Te dolió? —Hermione reía.

—Cállate —dijo Lucy de mal humor.

—No dormiste bien y andas de mal humor —dijo Hermione buscando ropa en su baúl.

—O tu andas con demasiada energía —Lucy se paró del suelo y se sentó en la cama y se quedó mirando fijamente el suelo por casi diez minutos.

—Vamos Lucy, muévete —Hermione le aplaudió frente a sus ojos haciendo que Lucy saliera de su pequeño trance.

Lucy se fue a su baúl sacó un poco de ropa y se cambió.

Salió de la habitación de Ginny y bajó a la cocina donde estaba la señora Weasley removiendo algo en una grande olla, el señor Weasley al ver a Lucy entrar sonrió y extendió los brazos emocionado.

—¿Qué te parece, Lucy? —preguntó—, se supone que vamos de incognitos, ¿Me veo como muggle?

Lucy rio.

—Señora Weasley hay un muggle aquí —dijo Lucy divertida y los señores Weasley rieron.

—Con eso me conformo.

Lucy se sentó al lado de Hermione.

—¿Por qué nos levantamos tan temprano? —preguntó Lucy a Hermione.

—Tenemos que caminar al traslador —le respondió Hermione.

—¡George! —el gritó de la señora Weasley hizo que Lucy se sobresaltara.

—¿Qué? —preguntó George, con un tono de inocencia que no engañaba a nadie.

—¿Qué tienes en el bolsillo?

—¡Nada!

—¡No me mientas!

La señora Weasley apuntó con la varita al bolsillo de George y dijo:

—¡Accio!

Varios objetos pequeños y de colores brillantes salieron zumbando del bolsillo de George, el pelirrojo en vano trató de agarrar algunos, todos se fueron volando a la mano de la señora Weasley.

—¡Les dije que los destruyeran! —exclamó, furiosa—. ¡Les dijimos que se desasieran de todos!, ¡Vacíen los bolsillos, lo dos!

Lucy miraba a la señora Weasley y a los gemelos alternadamente.

La señora Weasley utilizó varios encantamientos convocadores para que no les quedara ninguno, pero aquellos objetos de colores salían de todas partes.

—¡Hemos pasado seis meses desarrollándolos! —le gritó Fred a su madre, cuando ella tiró los caramelos.

—¡Bonita forma de pasar seis meses! —exclamó ella—. ¡No me extraña que no tuvieran mejores calificaciones!