Con ojos cerrados y uns mueca por sonrisa,
hoy parece que no ha sido su día,
las lágrimas surcan sus mejillas,
y el rimel cae por sus pestañas,
la han roto,
la han utilizado,
y la han pisoteado.
Las lágrimas no le hacen ser débil
ni le hacen ser ignorante;
en realidad, le hacen ser más fuerte
para su próximo desastre.