Vivimos en un mundo complejo,
un mundo
en el que el dinero mueve la felicidad,
la tecnologia inunda nuestro día a día,
y las personas se preocupan más por lo material que por lo sentimental;
un mundo
en el que las nuevas generaciones
se preocupan menos por ser felices que por ser precoces.
Hoy en día el que tiene mucho
parece que va a comerse el mundo,
y el que tiene poco parece que no vale nada en absoluto.
El poder y la influencia vuelven al que lo tiene
alguien sin apariencia,
tanto en Madrid como Barcelona
todos ellos tienen la misma esencia.
la obsesión por la avaricia ciega a algunos,
mientras que otros muchos,
para mantener a su familia
soportan trabajuchos.
Los adolescentes se ven obligados a madurar y a buscar un trabajo inhumano,
para así poder afrontar este duro temporal por el que están pasando.
El desempleo parece no ser algo tan pasajero,
sino que se lo digan a todos aquellos
que se sientan en un banco
a pasar las mañanas con su cerveza en la mano.
Los jóvenes se preocupan más por con seguir unos cuantos porros,
que por formarse y convertirse en provechosos.
Las escuelas de adultos están repletas de '' adultos'' primerizos;
es lo que hay,
un simple papel así lo quiso.
Las pensiones bajan y las dietas suben,
por desgracia esto los ciudadanos no lo deciden.
puede que todo cambie
puede que todo mejore o empeore,
pero lo cierto
es que hoy en día el mundo
está sumergido en un festín de vicio y lujuria,
y tanto las generaciones actuales como las venideras pagarán las consecuencias.
