XXXVII

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Sus manos se posan en las ventanillas del coche,
los gritos y gemidos comienzan a surgir,
parece que no le cuesta mucho
aunque se que lo suyo no es fingir,
acometida tras acometida,
grito tras grito,
arañazo tras arañazo;
nos fundimos en una nube de vapor y pasión,
de la cual no hay salvación.
En un momento todo ruido cesa,
al fin el climax ha llegado
Y los dos lo hemos disfrutado.

Mis versos libres(TERMINADA) Where stories live. Discover now