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JiMin miró tan absortamente al Sr. Min que no se dio cuenta de que este lo llamaba. Su mente estaba en otro sitio recordando la sesión que habían tenido anteriormente, sin mencionar que ya lo había visto completamente desnudo. Sus mejillas se tiñeron de un carmín suave por la vergüenza de pensar todo aquello.

Ambos estaban dentro de aquella enorme mansión, con el menor sobre unos sofás blancos y suaves que se amoldaban a la figura que se sentase sobre estos. JiMin se había sentido demasiado sucio como para acercarse hasta los sofás pero YoonGi lo convenció de lo contrario hasta finalmente tenerlo quieto en un solo lado mientras iba por algo. Su mente divagaba por lo que pensará el Sr. Min de él luego de lo ocurrido, la idea de permitirse ser mas que su alumno cruzó por su mente.

Quitó la chaqueta de su uniforme asegurándose de que la camiseta interior mostrara la suficiente piel para mostrar al Sr. Min y que este admirara libremente. Movió su cuerpo en la mejor pose sexy que pudo pensar, pero sin ser tan obvio de sus intensiones y se mantuvo ahí esperando.

Muy dentro de él sabía que estaba haciendo el ridículo, pero quería también probar algo del hombre que se hallaba en algún lugar de la casa; no como su maestro. Además, aquel beso debía significar algo.

YoonGi regresó a la sala con bebidas en mano, evidentemente sin alcohol por tratarse de JiMin.

El menor observó como el Sr. Min pasó por alto su intento desesperado por llamar su atención, y su mirada decepcionada por aquella tontería lo hizo enojarse consigo mismo. ¿Qué estaba haciendo mal? 

El castaño tenía claro que no tenía muchas ideas sobre lo que consistía el arte de la seducción, pero valía la pena intentarlo ¿No? Por lo menos si fallaba, realmente se daría cuenta de que no tenía talento para esas cosas.

YoonGi se rió dentro de sí al darse cuenta exactamente de lo que JiMin había estado tratando de hacer, se le hizo aún más adorable por eso. Su mirada hambrienta viajó a lo largo del menor desapercibido mientras daba sorbos nerviosos y avergonzados de su bebida.

Su mirada aterrizó en su escote, y la idea de probar la carne de sus montículos en esa zona comenzó a, lentamente, tentarlo. JiMin estaba haciendo las cosas aún más complicadas para él, sin embargo, él era alguien paciente y dispuesto a esperar lo que fuera necesario.

- Creo que probablemente debería irme a casa ahora... -Murmuró sintiéndose ridículo mientras se paraba abruptamente del sofá. Le dirigió una pequeña sonrisa nerviosa al Sr. Min mientras giraba sobre sus talones, orando lentamente para que cambiara de opinión, pero YoonGi no hizo ademán de detenerlo.

Sintiéndose inmensamente decepcionado una vez más, caminó hasta la salida y tomó el pomo de la puerta para abrirla. Miró con una mueca las grotescas gotas de lluvia que caían del cielo con gran velocidad.

 YoonGi se acercó a JiMin por detrás aprovechando la oportunidad y envolver sus brazos alrededor de su pequeña cintura. El menor podía jurar sentir el calor que desprendía su profesor.

El mayor apoyó su cabeza en el hombro de JiMin depositando un roce de la punta de su nariz contra el cuello expuesto del menor. La posición comprometedora daba amostrar que Yoongi era su pareja en vez de su maestro, pero no le importó.

JiMin agarró la palma de su mano sonriendo por las mariposas que levantaban vuelo dentro de su estomago y tuvo la sensación de que él también sonreía, o quizás se debía al espectro de una sonrisa burlona. No estaba seguro, pero si había algo que sabía era que aquella perdición no le gustaba solo a él.

Yoongi le dio vuelta al cuerpo de JiMin para verlo ansiosamente a los ojos, bajó la mirada a los carnosos labios del contrario anhelando sentirlos contra los suyos otra vez. Estaba a punto de inclinarse para besar a JiMin pero este tomó la iniciativa sorprediendolos a ambos. 

The teacher【 YM 】Where stories live. Discover now