13.

5.8K 360 25
                                    

SEGUNDA OPORTUNIDAD

• • •


Mi mamá un día me dijo que a veces el cumplir los sueños era cosa de arriesgar muchas cosas. Que tenía que pensar demasiado las cosas que quería porque muchas veces ni yo misma llegaría a entender el porqué de todo lo que se me comenzaba a cumplir. En ese momento no entendí a lo que ella se refería porque simplemente estaba demasiado enfocada en el ballet que ni siquiera me importó lo que ella dijera.

Sólo miré las cosas que me convenían en ese momento, no me importaba lo demás. A veces llegaba a pensar en que si Gerard estuviera vivo él me entendería. Pero no podemos decir nada, porque él no está ya, no existe.

Solté el aire que estaba reteniendo en mis pulmones mientras miraba la vitrina, había demasiados vestidos, ninguno llamaba mi atención en ese momento, sólo quería poder entender el significado de los verdaderos sueños. O esos sueños de los que papá un día me habló, esos sueños que eran secretos y de los que ni nosotros mismos sabíamos que existían. Deseaba tanto poder entender eso, entender y saber cuáles son esos sueños que yo tengo ocultos, quiero poder decir que había algo más que me apasione, pero no puedo. Porque no había nada mejor para mí, el ballet lo era todo. Pero ahora ya no es nada.

El vestido de color verde olivo que estaba en esa vitrina llamaba demasiado mi atención, pero tenía un pequeño problema: tenía un corte del lado derecho que dejaba al descubierto toda esa pierna. El vestido era realmente hermoso, y me dolía demasiado no poder portarlo ese día porque sabía que si ese accidente no hubiese ocurrido yo podría estar usando ese vestido si quisiera. También sabía que no estaría aquí, que estaría en Nueva York probando todo mi potencial con el ballet. También no estaría intentando ser una mejor persona de la mano de esas personas que acabo de conocer, sino que estaría de la mano de Gerard siendo mejores los dos juntos. Sin duda alguna estaría siendo todo igual que hace dos años. Pero no, todo eso alguien decidió arrebatarlo de mis manos cuando se cruzó en mi camino estando ebrio y matando al amor de mi vida.

Una llama quemó con fuerza en mi interior mientras recordaba todo eso. Sentía coraje con esa persona, un odio profundo que con el paso del tiempo crecía cuando recordaba todo aquello que me quitó por su irresponsabilidad.

Cierro los ojos intentando no recodar nada de ello. Y agradezco no saber el nombre de esa persona porque no sé de lo que sería capaz si me enterara. No creo ser capaz de tenerlo frente a mí y mostrarle todo lo que me arrebató.

Decidí entrar a la tienda de vestidos y busqué el más adecuado para mí, encontré uno de mangas largas de encaje y era de corte largo, cubría a la perfección todas aquellas cicatrices que me quedaron por el accidente. Iba bastante bien conmigo, era de un color vino y se notaba que dejaba en buena vista aquellas curvas que logre marcar con el paso del tiempo. Para ser sincera una bailarina no tenía demasiadas curvas, en realidad yo me vine desarrollando un poco más desde que ocurrió el accidente. Desde ese momento que dejé de hacer ejercicio y me centré en solo estar encerrada.

Cuando por fin me decidí a probármelo, tomé una respiración profunda al verme frente al espejo con él puesto. Hice a un lado mi cabello, de manera que tapara solo el lado lastimado de mi cara, no era algo que me agradara saber, la cicatriz en mi cara no sería tapada por ningún maquillaje, ni siquiera eso era suficiente. A veces lo intentaba y fracasaba, así que terminé dándome por vencida en ese asunto.

Las curvas de mi cuerpo no eran demasiadas, había obtenido algunas, pero no eran suficientes como para lucir un vestido así, aunque en realidad me gustaba como se miraba el escote de mi espalda, era el único lugar que no tenía cicatrices. Había partes de mi pecho que aun tenían algunas marcas de ese día, y lo peor de todo es que estaban las quemaduras en mi pecho de las descargas eléctricas que al parecer hicieron que regresara a la vida. No eran tan notorias como las que ocasionaron los cristales, pero estaba ahí y ahora entendía que eran señales de que podía seguir con vida sin ningún problema.

Sueños rotos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora