SOMBRAS

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Después de un fulgurante paseo por el tiempo decidí sentarme con ella. Aparentemente no pasaba nada pero sabía perfectamente que un pensamiento le rondaba por la cabeza.

-Judit, cuéntame- le dije.

-No, no me pasa nada, sólo he estado pensando cosas-

-¿Qué cosas has pensado?- le pregunté.

-No, a ver, no es nada importante, bueno, he estado pensando en Alba y cosas así- entonces vio mi mala cara -Pero no es lo que tú piensas, he estado pensando en cosas del pasado y eso, cosas del día de la misión-

-¿Pero estás bien Judit?-

Yo le miraba extrañado, no tenía un semblante de preocupación pero había algo que no acababa de convencerme y que me intrigaba.

-Sí, este rato me ha ayudado a pensar-

Después de que me dijera esto se levantó y me miró:

-Quiero ir a ayudar, estaré aquí en la plaza unas horas-

Conocía a Judit y ella me conocía a mí, todos los años que llevábamos juntos no eran en vano y sabíamos cuando le pasaba cualquier minucia a uno de nosotros dos y sabía a la perfección que había zanjado el tema de la aparición espectral de del día anterior, pero que algo le iba a consumir por dentro, por eso quería intentar evitarlo ayudando a los refugiados y puesto que no le iba a afectar mientras estaba ocupada decidí ir a casa con Irene y Jack.

-¿Qué le pasa a mamá?- me preguntó Irene en el coche.

-Nada, ya está mejor-

-No me lo creo- dijo de manera contundente.

-Irene, hazme caso, la conozco desde hace más tiempo que tú-

Ese comentario no convenció a Irene, ni por asomo, ella era muy inteligente y por eso mismo no dijo nada hasta llegar a casa. Mientras caminábamos, iba notando la furtiva mirada indiscreta de Irene, tanteando el terreno para ver si podía sonsacarme alguna información.

Cuando finalmente llegamos nos pusimos directamente a comer. Después Irene y yo estuvimos hablando sobre los diferentes temas que iban surgiendo hasta que hablamos de cómo era el mundo donde yo vivía, aunque se lo expliqué como si hubiera nacido en una familia.

-Muchas veces me siento sola, no tengo apenas amigos, la escuela es muy irregular- dijo ella.

-Yo en realidad cuando iba no estaba atento, los exámenes los sacaba con buena nota porque para mí eran simple lógica, aprendí todo lo que sé en la calle-

-Pero no lo entiendo, ¿Por qué te sentabas con la gente desconocida y no hacías amigos de tu edad?- preguntó.

-La verdad, realmente no lo sé, puede que lo hiciera porque la gran mayoría de la gente desconocida me trataba bien, conocía sus historias y sus vidas y aunque no fueran de mi edad me comprendían más que los que sí lo eran o también porque los pocos amigos que iba haciendo iban siendo adoptados y salían del orfanato, tal vez era por ambas-

-¿Orfanato?-

Mierda. Se lo había contado sin querer.

-Sí, yo nací en una familia, no conocí a nadie de ellos porque a los pocos días me abandonaron, no me querían- solté una sonrisa -Por eso nunca digo mi apellido y por eso tú tienes el apellido de Judit-

Pese a haberle contado una parte cuanto menos importante de mi vida, no pareció llegar a sorprenderle extraordinariamente, sí que llegó a esbozar una sutil cara de asombro pero ni por asomo fue para ella un dato imprescindible de mí.

V-Virus #TBNAwards18Où les histoires vivent. Découvrez maintenant