SUSAN

45 10 0
                                    

Aquel fatídico día no sólo perdí a Alba, mucha gente perdió a sus padres, a sus hijos, a sus hermanos, a sus maridos... Perdimos muchos a muchos aquel día y todos los que fuimos a aquella colina sabíamos quién fue la responsable sin lugar a dudas.

-¡¡Sanitario!!- gritaba por la enfermería de la segunda zona.

Judit estaba en estado de shock, pensaba que iba a caer de un momento a otro, estaba totalmente fuera de sí, no podía ni mirar y a duras penas podía mantenerse en pie, Jack le ayudó a llegar a la enfermería mientras yo llevaba a Alba en brazos todo lo rápido que pude.

Tras unos segundos de espera que me parecieron horas llegó un equipo médico, o lo que quedaba de él y Susan, ella estuvo a salvo desde el primer momento: llevó el camión hacia la enfermería y cuando el Alpha escapó ella hizo lo mismo siguiendo una ruta contraria, fue directa a la zona segura.

-¿¡Está infectada!?- se alteró un médico.

-¡No, le he detenido la propagación!- le grité.

Los médicos sabían quién era yo y sabían lo que significaba que no intentaran salvarla, aunque en lo más profundo de mi ser supiera por adelantado que no podían hacer nada. Poco a poco la oscuridad se cernía sobre mí, agarrándome para que pudiera internarse en lo más profundo de mi ser.

-Saúl, ya no podemos hacer nada por ella- dijo la viróloga.

Yo hice como sino hubiera  escuchado ese comentario.

-Tiene una hemorragia, hay que pararla ya- decía un médico.

Sabía que si paraban la hemorragia lo más seguro es que terminara por infectarse y convertirse en uno de ellos y si no lo hacían o moriría o también podría acabar infectada, cada vez más puertas se iban cerrando.

-Saúl, ¿No ves que en cualquier momento puede desarrollar el virus?- volvió a repetir.

Yo miraba al suelo, no quería escucharla, por su bien. De momento era muy extraño, aunque no se había convertido ya tenía algunos síntomas del virus, tenía la piel blanquecina, las venas hinchadas y la respiración acelerada; tenía las pulsaciones por las nubes.

-Saúl, espera fuera- dijo un médico- Te avisaré si pasa algo más, sea bueno o malo- dijo al ver que no le escuchaba.

Yo, pese a que podía ser la última vez que veía a Alba con vida acepté pero Susan también salió. Judit me miró, la abracé pero estaba por caerse al suelo, intenté recostarla en la pequeña fila de asientos pero no quería separarse de mí, Jack estaba al lado y mi mirada lo dijo todo.

-Saúl, sé que es duro pero tenemos que prevenir a la base, Alba no va a sobrevivir y ya sabes el protocolo que establecimos-

Su voz rechinaba en mi cerebro el cual sentía una alergia por ella. Esta vez sí que me había enfadado, era como decir que matará a mi hija cuando por culpa suya estaba en ese estado, pero antes de que pudiera arremeter contra ella, noté como de pronto Judit recobró fuerzas gracias a la ira que los comentarios de Susan había desatado, cogió la pistola que Jack llevaba en la cintura y la apuntó.

-¡¡Por tu culpa, es todo por tu culpa, si hubieses accedido a ponerle el camuflaje nada de esto hubiera pasado!!- le gritó.

Ante esta situación, Susan se asustó pero a la vez quedó petrificada.

-No... Pero le hubiera afectado...- susurró.

-¡¡Mentira!! ¡¡Y si le hubiera afectado, ¿Su vida importa más que la de mi hija y la de todos los demás!!?-

-¡Judit baja el arma!- le dije.

-¡¡Zorra, eres una cobarde, tendrías que haber muerto tú!!- enloqueció aún más.

-¡Judit!- exclamó Jack, atónito y sin dar crédito a lo que estaba sucediendo.

Pero entonces me acerqué a ella interponiéndome entre ellas dos.

-Judit, no dispares, me encargaré de que sufra igual que todos nosotros pero no le dispares, te aseguro que disparándole no conseguirás nada, Judit- dije bajándole el arma y sujetándola- No lo hagas, no te conviertas en ella Judit- entonces le cogí el arma y se la di a Jack y mientras la abrazaba miré a Susan- Tú, fuera de esta base, vete a otra ciudad o a una puta colonia de V, me da igual, pero lárgate lejos, mañana no te quiero ver por aquí- dije secamente.

Susan enrojeció de rabia, la vena del cuello había colapsado después de escuchar mis palabras y parecía que la congestión en ella iba a hacerla reventar, una cara de furia le afeaba aún más las marcas de la edad, estaba congestionada por la impotencia y cuando iba a abrir la boca, empujó a Jack y se marchó a hacer las maletas.

V-Virus #TBNAwards18Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ