MOSCÚ

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-Vamos Saúl- dijo Jack sabiendo lo que ese edificio suponía para mí. 

Yo me había quedado atónito en el momento en el que vi el edificio, atrapado en un bucle temporal que me evocaba al pasado pero, aunque con un ínfimo letargo conseguí volver a la realidad.

-Vamos Irene, nos marchamos- le dije.

-Me suena mucho todo esto, es gracioso porque nunca he estado aquí, es como...- dijo Irene.

-Un déjavu- continué.

-¡Eso!-

En ese preciso instante me dio la mano, era la primera vez en mucho tiempo que me la daba, cuánto tiempo había malgastado en el pasado.

Llegamos al pueblo y Judit nos esperaba en la puerta. Tenía un semblante bastante solemne y serio aunque por lo menos no parecía estar tan disgustada como por la mañana.

-¡Hola!- saludó Irene.

-He pensado en ir a patinar al lago- dijo Judit de golpe.

-Por mí vale- contesté.

-¡Bien!- se alegró Irene.

A la tarde fuimos a patinar como había dicho Judit pero en realidad cuando dijo "ir a patinar" se referían a ellas dos porque yo no tenía patines, a mí ya me bastaba con verlas. Este lago había sido el sitio donde más tiempo había estado con ellas dos y me gustaba mucho, sobretodo por sus vistas. Allí oscurecía muy pronto y la verdad es que la oscuridad imponía respeto, al menos a mí, pero ese lugar no tenía las sensaciones negativas de estar en un mundo plagado de V ni tampoco se me pasaba por la cabeza que hubiera la posibilidad de un ataque V, no, ahí me sentía a gusto, a buen recaudo protegido por la belleza del entorno en un paraje que, pese a la situación que vivíamos, era sin duda hermoso y de cuento.

Las horas me pasaban lentamente, como si en aquel lugar los relojes se oxidasen y el tiempo tuviese pereza de ir a su ritmo habitual, frenético en nuestras vidas antes del brote y durante este, obligando a todos a huir y a escapar del horror. Pero aún así, no me aburría sino que me relajaba estar ahí.

Entonces vi a Jack acercarse con su hijo y su esposa, sinceramente no me gustó que se pasaran por el lago, era como si hubieran roto la harmonía que había, pero obviamente el lago no era exclusivamente nuestro. Después de un rato hablando me fui diciendo que tenía que ir al lavabo, con la intención de mantener el recuerdo de ese día sólo con ellas dos. Judit salió del lago y empezó a hablar con Jack, había llovido mucho desde que nos conocimos.

-Hola Jack, te quiero preguntar algo, ¿La misión a Moscú es peligrosa? Ya sabes a qué me refiero con lo de peligrosa- le interrogó Judit.

Jack siempre había tenido una debilidad y era la sinceridad, así que puso unas caras difíciles de descifrar pero no para Judit.

-Jack, te pido por favor que me contestes- le pidió Judit.

Jack realizó una serie de muecas que buscaban la creación de falta de interés en la pregunta que le acaba de decir Judit, pero no logró que mi esposa perdiera el aliciente en saber la respuesta.

-Sí, es peligrosa, pero no tenemos por qué morir ni salir heridos y como te habrá dicho Saúl, no va a pasar nada y es por el bien de todos-

-Te quiero pedir un favor, no dejes que muera, estoy segura de que intentará hacer cualquier locura-

-No, a ver, desde que nos conocimos los 3 no ha hecho ninguna locura, aunque creas que corre peligro él siempre juega sobre seguro, creo que se dice así en castellano-

V-Virus #TBNAwards18Where stories live. Discover now