Phileas Fogg había subido primero a su cuarto, y luego llamó:
-¡Picaporte!
Picaporte no respondió, porque no creyó que pudiera llamarle. No era la hora.
-¡Picaporte!- repuso mister Fogg sin gritar más que antes. Picaporte apareció.
-Es la segunda vez que te llamo- dijo el señor Fogg.
-Pero no son las doce- respondió Picaporte sacando el reloj.
-Lo sé, y no te reconvengo. Partimos dentro de diez minutos para Dover y Calais.
-En el rostro redondo del francés asomó una especie de mueca. Era evidente que había oído mal.
-¿El señor va a viajar?- preguntó
-Sí- respondió Phileas Fogg-. Vamos a dar la vuelta al mundo.
Picaporte, con los ojos excesivamente abiertos, los párpados y las cejas en alto, los brazos sueltos, el cuerpo abatido, ofrecía entonces todos los síntomas del asombro llevados hasta el estupor.
-¡La vuelta al mundo!-dijo entre dientes
-En ochenta días-respondió mister Fogg-. No tenemos un momento que perder.
-¿Y el equipaje?- dijo Picaporte, que mecía, sin saber lo que hacía, su cabeza de derecha a izquierda y viceversa
-No hay equipaje. Sólo saco de noche. Dentro, dos camisas de luna , tres pares de medias, y lo mismo para ti. Ya compraremos por el camino. Baja mi mackintosh y mi manta de viaje. Lleva buen calzado. Por lo demás, andaremos poco o nada. Vamos.
Picaporte hubiera querido responder, pero no pudo. Salió del cuarto de mister Fogg, subió al suyo, cayó sobre una silla, y empleando una frase vulgar de su país, dijo para sí:
-¡Ésta sí que es...! ¡Yo quería estar tranquilo!
Y maquinalmente hizo sus preparativos de viaje. ¡La vuelta al mundo en ochenta días! ¿Estaba su amo loco?
A las ocho, Picaporte había preparado el modesto saco que contenía su ropa y la de su amo; y después, perturbado todavía de espíritu, salió del cuarto, cerró cuidadosamente la puerta, y se reunió con mister Fogg.
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La vuelta al mundo en 80 dias
Science FictionLos relatos de Julio Verne nos pueden llevar al África, Los Mares del Sur,Escocia,China,Sudamérica,La Luna,El fondo del mar o el centro de la tierra