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Era un hombre que podía tener unos cuarenta años, de figura noble y arrogante , alto de estatura , sin que le afease cierta ligera obesidad,de pelo rubio, frente tersa y sin señal de arrugas en las sienes, rostro mas bien pálido que sonrosado, dentadura magnífica.

Sereno,flemático, pura la mirada , inmóvil el párpado, era el tipo acabado de esos ingleses de sangre fría que suelen encontrarse a menudo en el Reino Unido .

Phileas Fogg era de esas personas matemáticamente exactas, nunca precipitadas y que siempre dispuestas economizan sus pasos y sus movimientos. Atajando siempre, nunca daba un pago de más. No perdía una mirada dirigiéndole a techo. No se permitía ningún gesto superfluo. Jamás se vio ni conmovido ni alterado. Era el hombre menos apresurado del mundo, pero siempre llegaba a tiempo.

En cuanto a Juan, alías Picaporte , era un guapo chico de amable fisonomía y labios salientes, dispuestos de siempre a saborear o halagar; un ser apacible y servicial , con una de esas cabezas redondas y bonachonas que siempre es agradable encontrar en los hombros de un amigo. Tenía azules los ojos, animado el color , la cara suficientemente gruesa para que pudieran  verse sus mismos pómulos; ancho de el pecho, fuerte las caderas, vigorosa la musculatura, y con una fuerza hercúlea que los ejercicios de su juventud habían desarrollado admirablemente.

¿Sería Picaporte ese criado exacto hasta la precisión que convenía a su dueño? La práctica lo demostraría. Después de haber tenido, como ya es sabido, una juventud vagabunda, aspiraba el reposo. Había oído ensalzar el metodismo inglés y la proverbial frialdad de los gentleman, y se fue a buscar fortuna en Inglaterra.Pero hasta entonces la fortuna le había sido adversa. En ninguna parte pudo echar raíces.

Supo que Phileas Fogg, esq., buscaba criado y tomó informes acerca de este caballero.Un personaje cuya existencia era tan regular, que no dormía fuera de casa,que no viajaba,que nunca ni un día si quiera,se ausentaba,no podía sino convenirle. Se presentó y fue admitido en las circunstancias ya conocidas.

Picaporte, a las once y media, se hallaba solo en la casa de Saville-row. En el acto empezó a examinarla recorriendo desde el sótano  hasta el tejado; y esta casa limpia, arreglada, severa, puritana, bien organizada para el servicio, le gustó

La vuelta al mundo en 80 diasWhere stories live. Discover now