07

1.8K 250 111
                                    

— Park Jimin. Pirata, a juicio, ahora, chiquillo.— el guardia llegó a la celda, nombrando a Jimin a juicio, la celda se abrió y los guardias que le llevaban encadenaron sus brazos y piernas, cadenas enormes y sin duda pesadas para la complexión del chico, se veian ridículas y como una completa exageración. Comenzó su recorrido ante los ojos de su tripulación, miradas de pena y dolor, caminó entre las celdas con las miradas de otros prisioneros, asombrados o indiferentes, finalmente la puerta se abrió, recibiendolo con una oleada de luz y calor, que se encontraba carente en los fríos y oscuros calabozos, sus ojos se cerraron para acostumbrarse, pero un empujón le saco de sus pensamientos haciendole avanzar.

Los pasillos llevaban a una gran puerta todos repletos de militares que lo hacían sentir diminuto, la puerta de la sala de juicio se abrió a su llegada, sin duda alguna estaba nervioso, sus piernas no reaccionaban entre temblores y le pesaba dar cada paso con las cadenas arrastrando, entró con la vista en sus propios pies y un silencio que solamente se rompía cuando se movía y arrastraba las gruesas cadenas, evitaba la mirada colérica de todos agachando la cabeza, llegando por fin, en medio del martirio que era aquella humillación pública al centro de la sala, bajo la mirada de todos, el chico levantó la vista apanicado, mirando en todas direcciones hasta dar con una mujer con un gran vestido pomposo y una corona brillante, sin duda alguna era la reina de la que tanto hablaban, se inclinó levemente mostrando su respeto y humildad. Tragó gruesamente mientras se quedaba observando a su alrededor por debajo, había todo tipo de personas de nobleza.

— Park Jimin, 16 años, no reconocido oficialmente como ciudadano Inglés, sin documentación alguna, prácticamente tu existencia es debatible. Se te acusa de piratería, robo armado, asalto, rapto y asesinato, por el momento eres considerado culpable hasta que se demuestre lo contrario, no tienes derecho a adjudicar en defensa propia, ni a hablar.— la mujer entrelazó sus dedos posando la mirada arrogante en él y este asintió lentamente.— Bien.

Jungkook le observaba, sin duda alguna era un chico lindo, incapaz de herir a alguien, aunque a veces las apariencias eran el peor engaño y eso lo hacía pensarse dos veces lo que estaba por hacer, cuando menos SeokJin estaba como apoyo de que el pirata era inocente. Jimin tenía miedo, era más que evidente en su pálido rostro, Jungkook observó con detenimiento su perfil, el chico estaba aterrado, y sus ojos color avellana, tan brillantes como la madera estaban clavados al piso, solo observaba sus propios pies y evitaba levantar la cabeza, las cadenas parecían una exageración ridícula de sólo notar su complexión delgada y fina. ¿Eso era a lo que debían temer? A un pequeño pirata con complexión tan fina como la de una chica y pánico en sus ojos.

— Kim SeokJin, hijo del duque Kim, se le llama a testificar los eventos de su rapto para dar pie a los veredictos de la sentencia. Adelante.— El mayor de los Kim avanzó hacia el frente, quedando bajo las butacas y reverenciando a la reina, tras esto el chico se dió media vuelta y encarando a la corte comenzó a relatar su viaje en barco.

— Mi navío fue atacado por piratas, lo creí mi perdición cuando me encontraron a mí y a mí sirviente, supuse que me harían daño, que me podrían incluso asesinar, sin embargo me tomaron como rehén, el chico al que acusan en este momento fue mi carcelero, me llevo a una bodega en el barco pirata junto con mi leal sirviente y compañero, NamJoon, quien no me permitirá mentirles si les menciono que el trato que este chico me dió fue de todo menos agresivo, en ningún momento me puso una mano encima e incluso se preocupo de mi estado físico, sin importar si era un rehén, dicho esto, el chico incluso me salvó la vida recibiendo un grave golpe en la cabeza que sin duda me hubiese matado de haberlo recibido yo, si bien su tripulación son unos maleantes y asesinos el chico no comparte sus costumbres, en ningún momento hizo con saña mal alguno hacia mí e incluso me ha salvado, yo abogó por su inocencia.

Freedom on the Sea - kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora