Cap. 8 - The second time around

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POV Sirius


Mis ojos no asimilan lo que ven ante ellos. El cabello castaño, el rostro pecoso, que puedo adivinar incluso con la poca luz, esa mirada enfadada que me dirige... No hay duda de que es Macdonald, pero mi mente se niega a admitirlo porque ¿desde cuando ella se lía con serpientes? Más aún, ¿desde cuando se lía con nadie?

- Sorpresa - respondo, con un tono más aturdido casi que el de ella - ¿Esto es de alguien? - pregunto, alzando la varita encontrada, usando esta como excusa para romper este momento tan inexplicablemente incómodo.

- ¡Mi varita! - es ella la que grita, entusiasmada, y se levanta rápidamente para recuperarla. Mientras, mis ojos siguen clavados en el slytherin.

- ¿La buscabas? - pregunto, arqueando una ceja - Porque en su boca no ibas a encontrarla - añado, con sarcasmo, volviendo a dirigir mi mirada a la castaña.

Ella se sonroja notablemente, y eso me hace sonreír.

- No te pases.

Esta vez es el guaperas quien habla, que también se ha levantado, y le estudio detenidamente. Podría estar bien iniciar una pelea pero... ¿con qué motivo? ¿El honor de Macdonald? Ni hablar, ella no parecía incómoda, al menos no hasta que he llegado yo. Su mal gusto no es asunto mío. Así pues, alzo las manos en gesto de paz.

- Eh, no seré yo quien juzgue un encuentro furtivo en el escobero.

Macdonald posa un solo segundo una mano en el pecho del slytherin, y no sé si es un gesto para tranquilizarle o simplemente para agradecerle su apoyo.

- ¿Te acompaño a la enfermería? - pregunta ella, y me pregunto qué le pasa. ¿Acaso necesitaba ese boca a boca tan exhaustivo?

Él niega con la cabeza.

- Estoy bien, no soy de cristal. - le sonríe, y ella corresponde, y yo carraspeo, no se vayan a olvidar de mi presencia.

La castaña vuelve a fulminarme con la mirada.

- Oh, perdón, ¿os he interrumpido la nueva sesión de manoseos? Digo, si queréis os cierro de nuevo - me disculpo con toda mi ironía - Pero quizá os interese saber que McGonagall anda patrullando cerca. Que no digo que ella tenga nada en contra del amor juvenil, pero...

Como esperaba, mis palabras hacen que los ojos marrones de ella se abran con horror.

- ¡No! Es decir... Nos vamos - sentencia, y mira a de nuevo a Parkin (¡eso!) y entonces se produce una situación claramente incómoda, esa en la que dos personas no saben cómo despedirse, y eso me hace sonreír con cierta malicia. Ahora lo estoy disfrutando.

Finalmente, él da el paso, dejando un tierno beso en la mejilla de Macdonald, y luego me echa una mirada, supongo que con intención de ser amenazante, a la que respondo con una cabezada y una sonrisa divertida. Apenas me aparto de la puerta cuando pasa por mi lado, de manera que hace un esfuerzo por no rozarme (y, seguramente, por no arrearme un puñetazo). Sé que me estoy portando como un capullo, pero no me importa en absoluto.

Estoy viendo desaparecer la espalda del tipo por la esquina cuando recibo el empujón.

- ¡Eh! - me quejo, retrocediendo, y mirándola con reproche cuando sale del escobero, empujándome de nuevo - ¿Así tratas al héroe que ha rescatado tu varita?

Su mirada me hace verla como una verdadera y fiera leona y, si no estuviese tan acostumbrado a las miradas asesinas, quizá hasta me impresionaría.

- Sé llegar sola a la sala común. - me dice, fría, comenzando a caminar rápidamente.

La sigo, alcanzándola en dos zancadas, y guardo las manos en el bolsillo, con aire despreocupado.

FidelityWhere stories live. Discover now