El 1 de abril del 2016, a las cero horas, tres minutos y treinta y tres segundos, el corazón de Gabriel se detiene durante una milésima de segundo, su respiración se corta y, un cúmulo de neuronas le hace creer que se trata de un momento mágico. Al mismo tiempo, en el vestíbulo del club nocturno Bus Palladium, ubicado en la esquina de la Rue Pierre Fontaine y la Rue Jean-Baptiste Pigalle, Dahlia comienza a mirar en todas las direcciones posibles, tratando de encontrar a su habitual grupo de amigos. Gabriel cree que sus miradas se han cruzado, pues ella mira fijamente en dirección de donde él y James se encuentran sentados. Dahlia nota que hay alguien raro en ese lugar, pues no tiene pinta de francés. Luego, ella ubica a sus amigos, quienes ya le tienen un lugar reservado cerca del escenario. Gabriel pierde el piso y cree que todo acontecimiento previo lo ha llevado hasta ese momento. El color desconocido que con tanto ahínco ha estado buscando, acaba de materializarse en la mirada de Dahlia.

James me miró y me dijo que la banda ya se encontraba en el escenario, por lo que nos pusimos de pie para mirar el concierto. No obstante, fueron pocos los minutos que yo pasé contemplando la presentación: la miraba a ella... Poco a poco me fui aproximando a donde se encontraba, hasta que su cabello dorado rozó la piel de mi brazo. No sé qué sucedió dentro de mí, pero no pude mantenerme estoico. Una vez que finalizó el show, el disc jockey tocó una selección de temas góticos, entre ellos: Military Fashion Show, de los teutones And One. James me miró con alegría, como invitándome a que me pusiera en pie y lo acompañara a la pista. Acepté, pues ella bailaba en medio de estrellas y un cielo nocturno.

"Cutest girl behind my door

Everybody's hiding in love from war

The beauty broke down their chains somehow

Who's gonna living on my body now?"

Me descubrí bailando enfrente de ella, quien agitaba su larga cabellera rubia y movía sus pies al compás del intermitente ritmo. Recordé los pasos de baile que mi amiga Elizabeth me enseñó antes de partir a Europa, pues yo era el típico invitado en las bodas que se quedaba sentado durante toda la celebración. Sin embargo, el baile gótico no requería la ejecución de pasos rítmicos; tener dos pies izquierdos me sirvió para adaptarme a esa danza sin sentido.

"A growing pain within my pop divine

Will I ever regret the line?

Switching on the light

I will not reassign

Girlfriend's girlfriends never could be mine"

James asemejaba ser un Kurt Cobain redivivo que bailaba con locura, mientras que todos los demás danzaban como si estuviesen poseídos. Aquello no me extrañó, pues durante una época pertenecí al movimiento oscuro, por lo que estaba muy familiarizado con ese tipo de ceremonias. Aunque me sentí en mi mundo, me ponía muy nervioso que la rubia me viera con extrañeza, pensando que bailaba raro o algo por el estilo. Pero ella bailaba a su ritmo y la manera en que usaba sus manos para remover su cabello, me hizo sentir que me encontraba a escasos metros de un paraíso siniestro.

"Drop her white pants wide open warm

Now she's slipping on her uniform

And every second would become so mis-defined

Girlfriend's girlfriends never could be mine"

Sin darme cuenta, había cruzado el umbral del día 15 y ahora estaba en el 16, el cual había comenzado de la manera más inusual: mi aventura había alcanzado su punto más álgido, pues el color desconocido estaba frente a mí, y yo era incapaz de decir palabra. Ella seguía en lo suyo y noté que de vez en cuando me miraba. Pensé en hablarle, pero, ¿qué podría decirle? Mi francés era escaso y los franceses tenían fama de repudiar que se dirigieran a ellos en inglés. Ante toda duda, me encargué de que nuestras miradas se encontraran y, hecho eso, le sonreí...

El color desconocidoWhere stories live. Discover now