Estúpidas emociones.

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Taehyung caminaba de un lugar a otro esperando ver al azabache de mechones rojizos. Se había entretenido hablando con unos girasoles, a pesar de ser su tercera semana en el lugar; aún se perdía con facilidad. Un chico de cabellos rosados estaba muy entretenido bailando cerca de un enorme árbol. Se sentó para admirar cada movimiento que ejercía, en verdad que era bueno. Cuando el chico terminó, Taehyung aplaudió con una sonrisa.

Eso fue fantástico! Esa vuelta, ¿cómo aprendiste a hacerlo?- El chico sonrió tímido y se acercó a él, sentándose.

-Me encanta seguir el movimiento de la naturaleza....

-Increíble... tu cabello es muy lindo.

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El debería estar yendo a su salón de clases, no estar buscando al estúpido rojizo con complejo de mujer. Suspiró frustrado, ¿dónde demonios se había metido? ¿En qué momento se aparó? En serio que sabía que ese chico era un problema, ¡su problema! Sentía una enorme preocupación y no le gustaba para nada. Debió haber seguido su plan de «vivir solo, morir solo»
Su corazón latía inexplicablemente y por alguna razón se sentía muy enojado de sí mismo por haber perdido de vista al pequeño rojizo, ¿en qué estaba pensando? Comenzó a correr de un lugar a otro. Estúpidos sentimientos. Estúpidas emociones. Estúpido rojizo. Estúpido él.

Mientras salía del comedor divisó a lo lejos una cabellera roja, era él. Comenzó a correr lo más rápido posible... disminuyó su pasó cuando estuvo lo suficiente cerca.

Taehyung!- jura que su cuerpo fue el causante de aquella acción. Lo abrazó, con mucha fuerza. Su pecho subía y bajaba, y es que se odiaba. Odiaba que sus planes de vida hayan sido interrumpidos de esa forma, no podía si quiera concentrarse. Sus habilidades dejaban de funcionar cuando pensaba en Taehyung.

-Kookie...- sonrió emocionado, se sentía cómodo en los fuertes brazos de Jungkook y este, no podía negar que aquella calidez era única.

-¿Dónde te metiste? ¿En qué momento te  apartaste de mi? ¿Alguien te hizo algo?- El peli rosa supuso que el novio del chico era muy celoso o el chico muy torpe.

-Estuve hablando con los girasoles y cuando giré para contarte ya no estabas y comencé a caminar y terminé aquí. El es Jimin.- señaló al pequeño quien hizo una leve reverencia.

-Soy Park Jimin.- Jungkook ya lo conocía, se trataba de aquel chico del cual Yoongi se quejaba.

-Jungkook...- observó al moreno y se percató que aún mantenía su brazo alrededor de la cintura de este. Tosió mientras la quitaba.

-Bueno Taetae, te dejo con tu novio... tengo que ir a buscar unas cosas.- Taehyung apretó las mejillas ajenas con una amplia sonrisa y a pesar del malestar que sintió en ese momento, el azabache analizó lo que Jimin dijo. El no era novio de Taehyung y este, no hizo nada por negarlo.

Esta vez Jungkook seguía los pasos de Taehyung, no estaba dispuesto a sufrir otro ataque de preocupación porque no le gustaba para nada sentir aquello. Detestaba como su cuerpo comenzaba a reaccionar con la presencia del pelirrojo, aunque no podía negar que aquella sonrisa lo hacía olvidarse de las preocupaciones y traía consigo una gran paz para todo su cuerpo.

-El pelirrojo es muy lindo.- aquella frase interrumpió sus pensamientos de manera brusca. Buscó con la mirada al dueño de semejante frase y se encontró con Hyungsik, un castaño con la habilidad de fuerza, lo conocía por compartir entrenamientos.  Un Casanova sin cerebro. Decidió ignorarlo, no le llegaba si quiera a los tobillos pero... ¿por qué comprarse con el?

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Yoongi comía mientras escuchaba lo que su amigo el castaño contaba; al parecer le narraba como Jungkook corría por todos lados en busca de Taehyung. Sonrió al pensar lo idiota que su amigo era por no aceptar sus sentimientos, a pesar de que el azabache les había dejado claro que no planeaba compartir su vida con alguien o si quiera desperdiciar su tiempo pensando en otra persona que no sea el mismo, el sabía perfectamente que alguien lograría hacerlo cambiar de opinión. Aunque el comenzaba a apoyar aquella idea del menor, porque aquella melena rosa no lo dejaba ni respirar; la recordaba día y noche, y odiaba que fuera motivo para levantarse de buen humor y con una sonrisa. Pero no era el punto.

-¿Sabes? A este paso, Jungkook y Taehyung andarán por todos lados besándose pero sin ser novios, estoy seguro qué Tae dará el primer paso. ¡Puedo apostarlo!- Hoseok parecía muy entusiasmo por la idea de ver al menor del grupo con alguien y es que, el sabía que alguien llegaría a descongelar ese corazón. Lo presintió desde la vez que Jungkook juró morir solo. Pequeña sanguijuela dura.

-Jungkook puede ser torpe, estúpido e incluso desconsiderado pero estoy seguro que el tendrá los pantalones en esa relación y por ende, será el del primer paso.- Namjoon había salido de la nada, miró con una sonrisa orgullosa a Hoseok.

-¿Es una apuesta?- retó el castaño.

-Hey, basta. La última vez casi nos expulsan a los cuatro y créanme ¡ni pienso pagar los platos rotos esta vez!- El rubio estaba dispuesto a hacerlos entrar en razón.

Pero Hyung! Aquella vez todo había salido de maravilla, tú apareciste de la nada y no sabíamos que eras alérgico a los duraznos.- Hoseok recordó aquella escena y negó asustado. Yoongi había comenzado a estornudar fuego y lo que había empezado como una guerra de durazno, terminó siendo una fiesta de Halloween. Catastrófico.

-¿Qué harán esta vez? ¿Lanzarse del edificio y el que caiga mejor le pegará el almuerzo al otro lo que resta del baño? O no me digan que se les ocurrió la brillante idea de incendiar la biblioteca...

-Son buenas ideas.- Yoongi soltó un golpe en la cabeza del pelimorado quien solo se quejó.

-Aprecien su vida...

Jungkook apareció más tarde con un pelirrojo muy sonriente, el castaño quiso preguntar el motivo de su expendida sonrisa pero los tres quedaron en shock cuando Taehyung de un momento a otro entrelazó su mano con la del azabache.

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La noche llegó. Taehyung observaba desde el balcón de su habitación, la luna; la cual estaba más redonda y brillante de lo usual. Una sonrisa se dibujó en su rostro con solo recordar a Jungkook, sus mejillas tomaron un lindo color carmesí cuando recordó el abrazó que este le dio durante el medio día y un escalofrío le recorrió el cuerpo al pensar en la calidez del momento. Todo era muy confuso para el, su corazón late con fuerza cada vez que lo mira, tiene muchas ganas de darle mimos y solo siente ganas de abalanzarse contra el para abrazarlo y nunca soltarlo. Su sonrisa se borró de inmediato, uno de esos recuerdos había vuelto.

Era el jugando, luego un tipo inyectándole sustancias y pareciera que su cuerpo aún recordaba el ardor de estas, porque un fuerte dolor le invadió. Uno de los látigos se estrelló en su espalda; se había portado mal aquella vez.

Se sintió desesperado, salió del lugar como si alguien fuera tras el. Sus lágrimas no tardaron en aparecer, todo se había vuelto borroso. Chocó con un par de cosas hasta que sintió unos fuertes brazos rodearle. No hubo necesidad de asustarse o saber de quién se trataba porque ya lo sabía, su cuerpo lo sabía. Aquella calidez del medio día se volvió a sentir. Se sintió protegido sin embargo, el miedo seguía ahí.

DNA »KookTae«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora