Rojizo azabache

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|rojizo azabache|

Jungkook miraba el lugar mientras daba leves masajes en su sien, con un suspiro se levantó de la camilla dispuesto a salir del lugar.

-¿También te asustan las luces?- Se escuchó una voz que lo hizo detenerse. Con mucha curiosidad observó más atento el lugar; buscando al dueño de aquella voz.

-No lo hacen. Simplemente me marcharé a mi habitación.- una cabellera rojiza se asomó debajo de la camilla donde el había estado acostado, nunca antes había visto al chico sin embargo le parecía familiar, demasiado a decir verdad. En cuanto terminó de salir le regaló una enorme sonrisa cuadrada.

-¿Puedo ir contigo? No quiero que continúen preguntándome cosas. Me ponen muy nervioso y me dan náuseas. - El azabache lo analizó, no entendía nada ¿a qué se refería el chico con "continúen preguntándome"? ¿Qué clase de mutante era interrogado? Eso iba contra las leyes de los mutantes.

-¿Quién eres? Nunca te había visto antes.

-Soy Taehyung pero suelen decirme V.- El azabache asintió mientras tocaba la perilla de la puerta, se detuvo en seco cuando procesó todo. ¿V? ¿El súper experimento? El se esperaba a un chico centímetros más alto que el, mirada potente, cuerpo dotado y un sabelotodo superficial, simplemente no podía creerlo frente a el estaba un chico súper delgado, una tierna mirada y podía jurar que el chico a penas y llegaba al metro setenta.
Todos lo pintaban como algo malo y horrible, un ser que debería ser destruido sin embargo, el chico lucia inocente. Una lástima.

-¿Puedo seguirte? En serio no quiero estar aquí, este lugar apesta.- aquel puchero le hizo recordar a uno de los pequeños de su sueño, extrañado solo logró asentir. Realmente no le importaba en lo absoluto lo que el rojizo fuera hacer. Simplemente quería irse del lugar.
Taehyung observaba todo lo que lo rodeaba, ignorando olímpicamente las miradas interrogantes de muchos estudiantes. ¿Quién era aquel chico? ¿Por qué seguía a Jungkook? Sin darse cuenta chocó con la fuerte espalda del azabache quien se volteó molesto dispuesto a gritarle sus verdades al nuevo. No toleraba ese tipo de molestias y aunque se tratase del famoso V, no lo dejaría pasar. En cuanto se volteó una luz semitransparente los rodeaba. Observó al chico en el suelo quien sonreía por aquella hermosa iluminación. Aurora boreal.

-Es hermoso.- El chico susurró a punto de tocarlo pero Jungkook fue más rápido y lo detuvo.

-Lo es, solo no lo toques.- de pronto del cabello  del azabache comenzaron a salir mechones rojizos, del mismo tono del canela.

Ahí!- El gritó del científico alarmó al pequeño quien no dudó en salir corriendo, Jungkook lo siguió. No entendía porque simplemente lo hizo.

El rojizo se detuvo a punto de cruzar la puerta pero se percató de la presencia ajena. Se volteó desesperado, debía salir de ahí. Le harían mucho daño, como él.
-Ayúdame a salir, por favor.- unas cuantas lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas.- No quiero que me hagan más daño, por favor.

-Ellos no te harán daño, solo quieren interrogarte. Eres lo que tanto esperaban.

-¿Estas seguro? No quiero volver a enojarme y que me tengan que inyectar, es horrible.- El chico le ofreció la mano, debía confiar en el; quizá no lo dijo pero la sonrisa que le dedicó fue una de las pocas sinceras de Jungkook.

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El rojizo observaba y tocaba todo lo que podía, todo le daba curiosidad y aunque se aguantaba las ganas de preguntar podía estresar a los científicos que lo seguían. Querían ver algún tipo de acción que demostrara que era un ser peligroso. Aunque Jungkook le había dicho que volvería por el más tarde, volviéndolo una promesa. Lo hizo prometerle volver por el en cuanto terminara sus asuntos de esta manera se mantendría quieto y callado.

-¿Qué habilidades controlas?- preguntó uno de ellos escaneándole, un poco incómodo se movió a otro extremo de la habitación. 

-Puedo hacer fogatas, regar plantas, curar animales, algunas veces he tirado arboles pero les juro que no fue mi intención. Puedo alzar piedras y ponerlas en lugares donde no estorbarían... - hablaba mientras tocaba la ventana y hacía un puchero.

-¿Tienes amigos?

Claro que tengo!- afirmó emocionado mientras les regalaba una sonrisa cuadrada.- Las avecillas del bosque fueron muy lindos conmigo, e incluso el señor León, y mis fieles amigas; las gardenias. Aunque muchos suelen quejarse de su mal humor siempre me daban buenos consejos...- Los observó anotar y recordó a su reciente amigo.- ¡Ah! También Jungkook.- su emoción era inexplicable.

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Jungkook anotaba lo que consideraba importante mientras escuchaba al profesor o bueno lo estaba intentando pues Namjoon y Hoseok le hacían señas desde la esquina del salón en efecto de referían a su cabellera a lo que el no entendió mucho. Tocó varias veces su cabello buscando alguna imperfección y pensó que quizás era una de sus bromas por lo que decidió ignorarlos.
Jung Hoseok, su habilidad magnética le permitía controlar todo lo que fuera metal, un chico con una gran sonrisa y una personalidad positiva. Castaño y de ojos azules tornando casi blancos, dando un aspecto terrorífico; más cuando iban por la noche a hablarle.
El profesor de biología celular salió y pensó que sus amigos saldrían corriendo por haber estado molestándolo sin embargo, si corrieron pero hacia el.

-¿Qué pasó Jungkook? ¿No decías que pintarse el cabello era una estúpida idea?- Se burló Namjoon a lo que el mencionado los miró sin entender.

-¿Pintarme?.- Hoseok le entregó un espejo qué  quitó de las manos de una de sus compañeras, quisieron huir cuando vieron como su ceño se fruncía y juraban que humo salía de todo su cuerpo.- ¿Cómo demonios pasó esto? ¿Acaso...- la mirada amenazante los hizo querer orinarse en ese momento.

-¡No pondríamos tinte en tu shampoo!- El castaño confesó irónico; podrían ser los amigos más idiotas que podrías tener pero ¡serían incapaz de hacerle ese a Jungkook! Por Dios, ¡era Jeon Jungkook! La fiera Jeon.

-Ese mocoso.- susurró para si mismo, el moreno y el castaño intercambiaron miradas interrogantes. ¿De qué hablaba?

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Jungkook estaba muy confundido, ¿Cómo había pasado lo de su cabello? ¿Por qué no lo notó en la mañana antes de comenzar su rutina? Comenzaba a tener una idea de lo que sucedía pero se negaba. No podía ser eso posible, su lema de vida era »vivir solo y morir solo« tal y como había venido al mundo.
Suspiró preocupado, si sus dudas eran ciertas tomaría su única opción; marcharse.
No quería una vida a lado de un rojizo que a penas identificaba las cosas que le rodeaban, tampoco quería lidiar con ser señalado como pareja del sujeto. No, no y no.

DNA »KookTae«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora