Dear Rabbit. [Kenny x Butters.]

Capítulo 12 parte 1/2

Capítulo dedicado a taytaydesu
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Los gritos de su madre lo despertaron de su agradable sueño. Nuevamente su familia arruinaba lo único bueno que le encontraba hoy en día Stan Marsh a vivir.
Un fuerte dolor de cabeza lo invadió al ser consciente de sí mismo. Abrió los ojos con molestia, la luz que entraba por la ventana dañada su vista.

Bien podrían decir que es su culpa, por beber antes de irse a dormir y de hecho tendrían razón. Pero para un adolescente con tantos problemas emocionales como lo es él, el vicio es una de las pocas soluciones momentaneas que se le presentaban en esa situación de la cual Stan quería escapar.
Sus amistades estaban ausentes, unos por cuestiones personales, en el caso de McCormick y otras porque el pelinegro decidió dejarlos fuera. Ya no sentía esa seguridad y confianza en ellos, quizás sólo era la situación la que lo empujaba a la desconfianza, o más bien abría los ojos a la realidad en la que vivía. Pero prefería no hablar con nadie más acerca de cómo se sentía. Las cosas debían mejorar alguna vez, y no valía la pena preocupar al resto por motivos tan insignificantes.

Observó el reloj sobre su mesa de luz, aún faltaban 20 minutos para que la alarma suene.
Se levantó de la cama y caminó hasta el baño con el mismo rostro exhaustivo que tenía al despertar. Una ducha rápida y fría lo ayudó a estar más despierto y despejado. Lavó sus dientes y regresó a su habitación para vestirse.
A los cinco minutos ya estaba listo. Una vez eliminado el olor a alcohol de su boca y cuerpo bajó a la sala a desayunar. Su hermana aún dormía, muy probablemente, y Sharon estaba en el dormitorio, discutiendo con su abogado por teléfono.
Stanley suspiró con pesadez. No tenía ganas de prepararse el desayuno, tampoco tenía hambre y mucho menos quería verle la cara a su madre y hermana. Por lo que tomó su mochila y salió de la casa sin siquiera despedirse, poniéndose sus audífonos e ignorando al resto del pueblo. No tomaría el bus ese día, entre menos tuviese que pasar tiempo con sus compañeros, mejor.

A pesar de ser temprano aún y que el Colegio estuviese cerrado él se dirigió al establecimiento. Caminó hasta el patio trasero y se reunió con los chicos más miserables e irritantes para los alumnos de esa secundaria, los góticos.
A pesar de no pasar tiempo con ellos en público muy a menudo, Stanley mantenía una relación "cercana" Con ese grupo de inadaptados. Ellos no lo compadecían ni apoyaban moralmente, sin embargo, el saber que la vida de esos chicos eran incluso más jodidas que lo que él vivía actualmente lo animaba.
Henrietta y Michael lo saludaron con la mano, mientras que Pete solo se limitó a asentir con la cabeza. El menor de todos no se encontraba presente, él debía asistir a la primaria y ya no podía pasar tanto tiempo con los góticos como antes.

Marsh tomó asiento junto a la única chica presente, con la mirada de los tres clavada sobre él.

-¿Por qué estás aquí? ¿No te avergonzaba que te vean con nosotros? -Habló curioso y desafiante el más alto, enarcando una ceja.- ¿Tan jodidas están las cosas en tu casa?

-Da igual, Michael. Tú no quieres saberlo y yo no quiero hablar de ello.-Soltó Marsh, con la cabeza agachada y mirando la nieve bajo sus zapatos.

-Como quieras. -Respondió sin más, ofreciéndole un cigarrillo que el de pompón rojo aceptó sin titubeos.
El silencio se hizo presente entre ellos, ser sociables no los caracterizaba, por lo visto.
A lo largo de unos minutos las quejas por parte de Henrietta no se hicieron esperar, ahora que era una adolescente su temperamento y problemas con su madre empeoraron. Recientemente discutía con sus profesores por acciones que ella consideraba "injustas" Y sus estúpidos y conformistas padres apoyaban a la escuela.
Tal como Marsh pensó, aquello lo distrajo bastante. Aún mantenía su ánimo por los suelos, pero al menos su mente no lo atormentaba y la tristeza que presionaba su pecho se había marchado.