Capítulo 17| Hará de mi vida un infierno

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Al día siguiente tuve que ir a clases a entregar la fotografía del rubio, la mayor parte de estudiantes ya estaban ahí. El nerviosismo de revelar nuestro trabajo está presente durante el pequeño recorrido entre los asientos hasta el escritorio del señor Eaton. Mis manos sudan, por lo cual debo limpiarlas varias veces sobre mis jeans. Derek, en cambio, se mantiene con un semblante despreocupado.

El profesor no muestra ningún tipo de emoción al escanear la imagen, se mantiene inmutable en su asiento. Pasados un par de segundos que se me hacen eternos, se digna a observarnos.

— ¿Qué crees que estoy pensado, Parker? —Busca mi mirada, Derek se mantiene a mi lado.

No sé a qué viene su interrogante, aún así me atrevo a responder.

—No lo sé.

— ¿Mi rostro qué te expresa?

Es insistente. Titubeo al contestar.

—Nada.

—Igual que su trabajo. —Suspira y deja la imagen a un lado de su escritorio.

Mis labios se entreabren ante sus palabras. Existe el tacto, no estoy segura si sepa qué es. Me toma completamente desprevenida. Si bien la fotografía tampoco me parecía nada del otro mundo ni me expresaba suficientes emociones, podría haberlo dicho de una forma un poco más amable. Y eso me lleva a pensar si esta es la forma en la que se sienten las personas a las cuales he tratado de manera parecida.

Derek a mi lado luce estupefacto.

— ¿Qué-é? —es lo único que alcanza a decir.

Mi yo interior me pide que proteste, que diga mis argumentos y exprese mi inconformidad por la decisión que ha tomado. No obstante, muerdo mi lengua.

—Pensé que me sorprendería, Parker. Pero ya veo que es mucho ruido y pocas nueces —una corta mirada es lo que me brinda.

Y en ese momento enarco una ceja y dejo en evidencia mi descontento. Si antes no quería mostrarme molesta, ahora lo haré.

—No lo sabe, es un trabajo, no el fin del mundo —replico y cruzo los brazos sobre mi pecho.

—Dé paso a los siguientes, me atrasa, Parker —habla con calma, revisando el resto de trabajos.

Resoplo. Su forma tranquila de tratarme después de haber dicho que mi trabajo es un asco me irrita.

—No, no lo atraso. Su deber como profesor es estar al tanto de sus estudiantes.

—Y su deber como estudiante es presentar trabajos más decentes.

Si antes no quería dejar que tuviera poder sobre mis emociones, ahora es diferente.

—Me está insultando —afirmo, a lo que por fin se digna a dejar de lado los papeles de su escritorio y levantar la mirada.

—Su único trabajo era captar una emoción o sentimiento, no lo logró. ¿Cómo planea ser una fotógrafa, Parker?

La impotencia se acumula en mi interior, lo único que logro hacer es apretar los puños y mi mandíbula.

— ¿Por qué me culpa a mí?

—Es usted la fotógrafa, debe estar al mando. Sus opiniones cuentan, no solo las del modelo —le echa un vistazo a Derek—. Y soy su profesor, me interesan los trabajos de mis estudiantes. Pero si no puede con eso, creo que está en la carrera equivocada.

Esta vez la ofensa es más alta, incluso algo en mi interior se revuelve. Mi cuerpo llega a temblar por un segundo apenas perceptible. Sus ojos escrutándome me hacen sentir indefensa.

Por segunda primera vez [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora