01.•Una mirada al pasado•.

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¡Era todo un vago! Siempre prefirió hacer aquello antes que levantarse y tomar las cosas.

―Tae, ten cuidado, vas a...―mis palabras quedaron en el aire cuando él se resbaló de mi cama y se dio el rostro de lleno contra el suelo―Oh, olvídalo―dije entre risas.

―¡Ah! ¡Mi rostro! ―gritó dramáticamente tapando su rostro con ambas manos mientras daba vueltas por el suelo―¡Mi bello y hermoso rostro!

―¿De qué hablas? Si siempre fue feo―mentí entre risas para disimular los nervios que me había provocado decir eso. Quizás esto se estaba yendo de tema pero aún podía remontar la situación y volver a poner en juego el diálogo que había practicado minuciosamente.El descubrió su rostro solo para fulminarme con la mirada, fingiendo estar ofendido. Le tendí mi brazo para poder ayudarlo a reincorporarse pero cuando él tomó mi mano jaló de ella hasta él, tirándome al suelo y haciendo que caiga sobre la bolsa de frituras. Dimos dos vueltas sobre la alfombra violeta de mi habitación y, una vez que nos detuvimos, empezó a hacerme cosquillas por todo el cuerpo―¡Tae! ―grité tratando de defenderme.

¡Era tan injusto! El sabía que era extremadamente sensible a las cosquillas.

Cada lugar donde sus dedos me picaban generaba pequeños espasmos en mi cuerpo haciendo que me mueva como un loco con chaleco de fuerza en pleno ataque de crisis. Estaba comenzando a llorar culpa de tener los ojos fuertemente cerrados y me dolía el pecho de tanto reír. Sin embargo, mi risa iba acompañada de la suya y muy de vez en cuando, cuando podía ser capaz de abrir tan solo un poco los ojos, podía ver su sonrisa cuadrada inundando su cara. ¿Qué más da? Si moría por asfixia moriría en el mismo paraíso.

Luego de unos minutos de aquella hermosa tortura finalmente se detuvo, podía sentir claramente que él estaba sobre mí. Mi pecho subía y bajaba frenéticamente en lo que trataba, de una manera desesperada, recuperar algo de aire. Abrí mis ojos luego de unos
segundos y fue ahí cuando pude ver su rostro tan cerca del mío.

Entonces mi respiración empeoró.

Su mirada estaba clavada sobre la mía, con tanta intensidad que las mariposas en mi estomago comenzaron a reavivar su vuelo tan rápidamente que mi cuerpo tembló levemente bajo él. Una de sus manos, que antes me picaba el estomago, viajó hacía mi rostro y poco a poco fue enredando sus dedos con mi pelo, creando pequeñas corrientes que viajaron a través de todo mi cuerpo, concentrándose en mi estomago y comenzando una lucha con las mariposas.

Seguramente lucia como todo un chihuahua tembloroso. Cerré los ojos cuando el espacio entre nuestro rostros fue acortándose, sin darme cuenta que estaba siendo consumida por la emoción.

Ya saben, cuando la montaña rusa comienza a subir la colina más empinada de todas.

Luego de unos segundos no fueron sus labios los que sentí, si no que escuché el ruido de algo crujiente, fue cuando abrí los ojos completamente alarmada. Juntando fuerzas para reprimir mi mueca de desilusión.

¿Qué mierd...?

―¿Qué? ―preguntó en tono defensivo, movió sus piernas para sentarse a un lado, sobre el suelo. Yo me incorporé tan pronto como mis sentidos volvieron a la normalidad y lo miré bastante confundida. El tragó lo que sea que estaba masticando y sonrió exageradamente, mostrando todos sus dientes y haciendo que sus ojos se cerraran, luego se encogió de hombros―Tenias una papa frita en el pelo.

―Oh...―murmuré con un deje de decepción que no pude ser capaz de evitar. Me puse de pie inmediatamente cuando sentí el calor subiendo por mis mejillas, no quería que él me viera así. No ahora. Estropearía todo.

FRDZ: Friendzone |J.JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora