-Pero... papá... no puedes estar hablando en serio. Tienes negocios que atender ¡no puedes dejarme sola!

-No voy a dejarte sola, amor -dijo tiernamente y miró por la ventana -Recuerda que Ashton está contigo-

Matt resopló y volvió a cruzarse de brazos.

-No puedes estar hablando de dejar a tu hija con ese pedazo de imbécil -dijo Matt. Ella lo miró algo enojada -¡No me mires así, niña! -la retó -Tengo toda la razón del mundo al decir que es un imbécil. El rey de los imbéciles.

-Basta, Matt -le advirtió.

-John, tú y yo sabemos perfectamente que ese idiota no quiere realmente a Katie.

John se encogió de hombros.

-Yo no puedo decirle a ella a quien debe amar.

-¡Pues deberías! -aseguró -Ese tarado solo sabe hacerla llorar... ¡la engaña!

-¡Matthew Donovan, basta ya! -dijo enojada -No quiero seguir escuchándote hablar de Ashton. Déjalo ya.

-Eres tan tonta, Katherine... tan tonta -dijo él entre dientes -Dime una cosa ¿Por qué el muy idiota no quiso venir con nosotros?

-Tenía cosas que hacer -respondió al instante.

-¿Cosas como qué? -inquirió él.

-Trabajo -dijo ella simplemente.

-Oh, vamos. No eres una idiota, ¿o sí? Sabes perfectamente que él no se quedó a trabajar precisamente... -los ojos de Kat comenzaron a llenarse de lágrimas.

-Matt -le advirtió John-Déjala ya, no podemos hacer nada si ella lo ama. Es su decisión. Como también es mi decisión quedarme a vivir aquí. Ella no volvió a hablar. Su mirada estaba fija en la ventana... observando la inmensidad en color verde. A lo lejos se podían ver varios árboles, más verde, algunos animales y más árboles.

A veces sentía que Matt la odiaba... pero al final terminaba comprendiendo que su mejor amigo solo quería protegerla. Pero estaba segura que aquella no era la forma. Él sabía que ella quería a Ashton. Y no entendía porqué él no lo aceptaba de una vez.

-Estamos ingresando, señor -habló Charlie desde adelante.

Katherine se acercó más a la ventana y la estancia comenzó a asomarse a sus ojos. Su corazón latió rápido. Su niñez estaba guardada en aquel lugar. Divisó un par de caballos y varios hombres que se giraban a ver la camioneta.

El auto se detuvo. Sonrió emocionada y sin dudarlo se bajó. Sus pies tocaron el firme suelo de mármol de la entrada de la mansión. Miró algo embobada aquella casa. No recordaba que fuera tan grande. El aire fresco golpeó su rostro, respiró profundamente mientras cerraba los ojos. ¿Cuándo había sido la última vez que había respirado tan bien? No lo recordaba. Su padre y Matt se bajaron detrás de ella. John sonrió y respiró profundamente

-Hogar dulce hogar -dijo en un susurró -Charlie, mete todas las cosas en la casa y luego puedes tomarte el día.

-Gracias, señor -dijo el chofer y se dispuso a bajar todas las valijas.

John se acercó a la puerta y entró. Ella se quedó quieta en su lugar. No sabía muy bien qué hacer. Se sentía algo perdida. Le daba la sensación de que no iba a conocer nada de lo que había dentro. Sintió que una mano tomaba la suya.

Levantó la cabeza y lo miró. Matt tenía aquella mirada de niño arrepentido en el rostro. Y sin poder evitarlo una sonrisa se le escapó de los labios. Jamás podía estar mucho tiempo enojada con él.

White Horse (Harry Styles)Where stories live. Discover now