«38»

3K 618 213
                                    

Parte 3

La fiesta no se había detenido, pero el que su casa fuese sede de la misma pasó a ser una preocupación secundaria. Ahora sólo estaba Castiel. Castiel y su cabeza cabizbaja. Castiel y sus nudillos en rojo. Castiel y su rostro herido. No disfrutaba verlo así porque no se trataba de cualquier Castiel, era su Castiel el que se había metido en una pelea.

Dean entró a la habitación sin pedirle su permiso, de todas maneras se trataba de su propia habitación. Castiel no hizo ningún movimiento, estaba demasiado avergonzado como para siquiera mirarlo.

—¿Te lastimó mucho?

El ojiazul se animó a soltar una risa sin gracia que término contagiando la de Dean.

—Quiero creer que al menos pude lastimar su ego.

—Estoy seguro de que lo hiciste. Eres muy bueno en eso.

—Me halagas.

Tras otra risa de su parte, procedió a sentarse en la cama junto a él. Una leve hilera de sangre yacía desde su nariz. Castiel se apartó cuando Dean acercó un paño húmedo a su rostro.

Relájate, Eleven.

Esta vez pudo acercarse sin problema. Limpió la zona de la nariz con cuidado de no rozar con la herida, aunque Cas no era ningún animalito asustado que fuese a huir de él.

—Ahora tus manos.

—¿Qué?

—Dame tus manos, están heridas.

No recibió ninguna respuesta, pero Castiel tampoco se opuso cuando Dean tomó su mano derecha para limpiar sus nudillos con suavidad. No solía tener esa clase de cercanía con otras personas, pero siempre deseaba tenerla con Dean. Era confuso, pero le echaba la culpa al amor.

—¿Alastair te lastimó mucho?

—No quieres saberlo.

—En realidad sí quiero.

—¿Y por qué?

Dean si volteó a mirarlo. Era la primera vez en ese rato en el que se miraban a los ojos.

—Porque quiero saber cuánto tendré que golpearlo para que no se vuelva a meter contigo.

"Para que no vuelva a meterse con mi chico, mejor dicho." Corrigió una voz en su mente.

—Lamento si Sam se asustó o algo. De seguro se tuvo que haber despertado con los ruidos, pero no iba a dejar que Alastair entrara a su habitación.

Y en ese momento todo le pareció más claro. Su familia era lo más preciado que Dean tendría jamás, y si Castiel estaba dispuesto a recibir una humillante paliza por ella, entonces no sabía lo que estaba esperando para hacer lo que tanto deseaba.

Dean acarició sus labio superior como si se trataran de una joya, como si fuesen lo más apetecible que alguna vez hubiese visto... o como si le estuviese avisando a Castiel que estaba a punto de dar un paso que no tendría vuelta atrás. Acercó sus labios lo suficientemente rápido para que Castiel pudiera procesar lo que estaba ocurriendo. Se acercó. Su amistad podría irse al infierno. Su corazón podría terminar roto. Su verano podría arruinarse...

Pero se acercó aún más.

Y lo besó.

Sus labios se fundieron en movimientos lentos con los que Castiel, sumido en el shock, apenas pudo aportar. Dean había tenido pensamientos intensos con él, pero no fue un beso sucio. Dean se había sentía desesperado por hacer aquello, pero no fue un beso apresurado. No fue nada de otro mundo, excepto las emociones que impactaban con fuerza contra sus corazones.

No fue un beso impresionante, pero fue el más lindo que habían tenido en sus vidas.

Luego de segundos que, por toda la intensidad del momento, parecieron siglos, Castiel se separó lentamente de él.

—Si... si vuelvo a recibir una paliza de Alastair, ¿harás eso de nuevo?

—Sí.

—Entonces iré a golpearlo en un rato.

Esta vez fue Castiel quien inició el beso, y una época de su vida tan buena como ninguna.

Fue en verano cuando Dean y Cas se besaron por primera vez.

It was on summer ❴DESTIEL❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora