Capítulo 11: "Un suceso inesperado: Distanciamiento forzado"

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Una bella pelinegra se encontraba acostada en su cama cubierta con algunas colchas tiritando de frío debido a la fuerte fiebre que tenía, mientras un médico la revisaba.

¿Qué le pasa doctor?, decía un joven cabello de flama mirando a un anciano de cabello cenizo y lentes.

Tiene un fuerte resfriado, ya le coloque una inyección con ello le bajara la fiebre y aquí le dejo una receta con las indicaciones de los medicamentos que debe tomar para que se recupere pronto. Por suerte me llamaste a tiempo muchacho o su estado se hubiera complicado más y ahora estaríamos internándola por un cuadro de neumonía, dijo el doctor.

¿Neumonía?, dijo Vegueta sorprendido.

Si muchacho y ello si hubiera sido muy grave, dijo el médico.

Pero no comprendo como pudo resfriarse así al punto de poder hacer un cuadro de neumonía, si ella no sale de casa, dijo Vegueta intrigado.

Pues ella me dijo que ayer estuvo en el jardín al momento que empezó a llover y pues se quedo allí por buena cantidad de tiempo pues quería sentir la lluvia sobre ella, la verdad no comprendo como los jóvenes de ahora les gusta exponerse tanto a los riesgos, decía el galeno.

Niña boba, si la empleada no hubiera abierto la habitación debido a que ella no le respondía a estás horas hasta muerta estaría, dijo Vegueta mientras miraba a la pelinegra cerrar sus ojos.

Así es, te recomiendo que le compren los medicamentos cuanto antes para que se pueda curar rápidamente, dijo el doctor.

Si no se preocupe ahora mismo mando por ellos, dijo Vegueta saliendo con el médico de la habitación de la pelinegra sin escuchar lo que la jovencita en su delirio dijo.

¡Gokú, mi amor¡ ¡Gokú, perdóname, no me dejes, no me dejes¡ yo no quise mentirte, no quise, decía la pelinegra mientras se movía de un lado para otro en su cama debido al sueño que estaba teniendo.

Fuera de la habitación:

Vegueta daba órdenes a una de las empleadas de la casa.

No se preocupe joven ahora mismo voy por ellas, dijo la empleada tomando la receta.

Bien, dijo Vegueta mientras pensaba: Es extraño que haya estado tanto tiempo en el jardín mojándose en la lluvia a altas horas de la noche.

Horas después:

La pelinegra despertaba, al hacerlo quedo consternada al ver dentro de su habitación al joven cabello de flama que estaba cruzado de brazos mirándola.

¿Qué haces acá?, siento como si hubiese dormido por días, dijo Milk mientras se sentaba sobre la cama.

Pues dormiste muchas horas, no desayunaste ni almorzaste, ya van hacer las 5 de la tarde pero el doctor me dijo que te dejara descansar, dijo Vegueta mientras la miraba fijamente como si anduviera buscando algo en los ojos de la bella jovencita.

Dormí tanto, dijo Milk alarmada.

Si, estuviste con fiebre, tuviste un fuerte resfriado por poco y vas a parar al hospital, dijo Vegueta sin dejar de mirarla fijamente.

Un fuerte resfriado, dijo Milk en voz baja.

Si el doctor me dijo que tú le comentaste que ayer estuviste varios minutos en el jardín al momento de la lluvia y que por ello de seguro pescaste el resfriado, dijo Vegueta.

Si así es, dijo Milk.

Pues no comprendo, ¿qué hacías a altas horas de la noche en el jardín?, dijo Vegueta con firmeza.

"Amantes de luna llena"Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz