XIX: Link

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El sitio del Castillo de Hyrule es inquebrantable.

Las tropas del Crepúsculo, aliadas con los moblins que quedaban en Hyrule y que al parecer, han encontrado a un nuevo señor al que someterse, rodean la Ciudadela con un campamento fortificado en forma de anillo, inaccesible desde cualquiera de los dos lados. Han quemado la tierra hasta una milla alrededor de su campamento para poder ver a cualquier intruso acercándose; el único modo de llegar al Castillo de Hyrule es por el aire... y ni siquiera de eso estoy muy seguro.

La otra ruta que me viene a la mente es el río. Ya entré una vez al castillo a nado, por las alcantarillas, cuando aún estaba atrapado en mi forma lobuna. Supongo que con el traje zora podría volver a hacerlo, pero, ¿de qué serviría?

Un solo hombre, aunque sea un héroe, no puede cambiar el destino de esta guerra.

Me muerdo el labio, nervioso, pensando todo lo rápido que puedo. Los grandes actos y las heroicidades ahora no sirven, y a Zelda no le servirá de nada otro paladín atrapado en su castillo.

El gran problema de Hyrule es que es un reino enorme, pero escasamente poblado, y sus habitantes son sobre todo campesinos y comerciantes; excepto los goron, nadie practica la lucha de forma activa (aunque a veces pienso que todas las cabras que paré en el rancho han servido de mucho...). No somos un pueblo preparado para la guerra, si no uno apacible, una cultura feliz en tiempos de paz. Sí, los Guardias de la Reina están entrenados, sí, los soldados zora también...

Los zora.

Claro. Si consigo remontar el Río Zora, podría pedirle ayuda al Príncipe Ralis. No sé si serviría de mucho, pero los zora pueden entrar conmigo por las alcantarillas y me temo que esta es una de esas situaciones en las que cuantas más espadas tengamos, mejor. Y de paso, puedo recorrer las aldeas que encuentre a mi paso, tratando de encontrar ayuda, o de ayudarlos a ellos.

Lo cierto es que no sé quién necesitará más ayuda en esta situación.

                                                                                                  * * *

El Príncipe Ralis ha cambiado.

Apenas han pasado unas semanas desde la última vez que lo vi... de acuerdo, lo más probable es que hayan sido varios meses. Últimamente he perdido un poco la noción del tiempo... un poco bastante.

-Link - sonríe el joven zora, y parece que se alegra sinceramente de verme -. Ha pasado un tiempo... e imagino los motivos de tu visita.

Guardo silencio sin saber qué decir. ¿Le han llegado noticias de la invasión por parte de los twili, tan rápidamente? Y yo que creía que me había adelantado a las tropas del Crepúsculo...
Ralis sacude la cabeza, como si me leyera los pensamientos.

-No, el Dominio de los Zora aún no se ha visto asolado por la guerra. Sin embargo, los pocos zora que habitaban en el Lago de Hylia han buscado refugio en nuestras aguas - el rostro del Príncipe se endurece repentinamente -. Los pocos que han logrado escapar.

Un murmullo recorre el salón del trono como una ola, un murmullo de tristeza que es mitad susurro en alto y mitad grito telepático.

-Lo lamento, Príncipe... - comienzo, pero una joven zora de gesto altanero me interrumpe.

-Rey - replica la muchacha, y yo reconozco rastros del antiguo linaje real zora en su ancho cráneo y las largas aletas que brotan de sus antebrazos -. La coronación ya ha tenido lugar; él es el Rey Ralis.

El muchacho sacude la cabeza, como queriendo evitar el conflicto.

-No importa, Rutane - replica con voz serena -. Link no tenía por qué saberlo.

An Hylian Light (TLoZ: Twilight Princess. Link x Midna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora