" BLOOD" (Sehun y tú)

•Capítulo veinte "Mejor amigo" •

En el capítulo anterior...

Kim Bum se levantó con dificultad y furioso volteó a verme.

—¿Lo estás defendiendo? Yo soy tu novio ____ no esté cabron que tienes aquí —lo señaló.
—Lo defiendo porque tiene razón, no debes ponerte así Kim. Es sólo mi amigo y desde ahora te aviso que si vuelves a hacerme otra escena de celos como esta lo nuestro se termina. No porque sea tu novia debes tratarme como un objeto tuyo, ¡lo cual no soy! Gracias a ti tengo un moretón en mi cintura y reza porque mis hermanos no se enteren de esto sino no me hago responsable por lo que puedan hacerte. —lo señalé. —Vámonos de aquí Kyungil —caminamos unos pasos pero me detuve dándome la vuelta —Ah, y cuando se te pasen tus malditos celos me hablas.

Me fui de ahí con Kyungil acompáñandome. En el camino íbamos en un silencio sepulcral e incómodo.

Kyungil.

—Oye...disculpa por lo de hace rato, no sabía que es tu novio —me disculpé.
—Descuida, no hay problema. Esta vez se pasó con sus celos no los había tenido en el tiempo que llevamos de relación y si sigue así créeme que lo nuestro se acaba. No permitiré que me vea como un objeto más de su colección. —dijo ella. 
—¿Cómo sigue tu moretón? —pregunté señalando con la mirada su cintura.
Levantó su playera y ya no se notaba tanto. —Casi no se nota ya, lo bueno de nosotros los vampiros es que las heridas sanan rápido.
—Si, es lo bueno. Aún así no debió porque tratarte así —dije, me distraje un poco con su piel morena.
—Lo sé, tranquilo sé defenderme sola. Tú mismo lo notaste cuando te golpeé —bromeó.
—Golpeas fuerte eh, eso es seguro. No te lo había preguntado antes pero ¿Qué dones tienes? Me sorprendí cuando hiciste lo del agua en la azotea —dije rascándome la parte trasera de mi cabeza.

Ella saltó y se sentó en una rama de árbol que estaba ahí, la seguí y me senté a su lado.

—Tengo muchos por así decirlo... —empezó a decir —soy la más fuerte de mi familia al igual que la más veloz, puedo crear un escudo con mi mente protegiendo a los demás, puedo teletransportarme a otro lugar, además controlo la electricidad produciendo choques eléctricos y por último mi favorito controlo los 4 elementos —dijo enumerando cada uno de ellos. «vaya, esta chica sí que es extraordinaria y muy guapa debo admitirlo »pensé.
—¿Y aún no sabes de dónde los obtuviste? Digo, todo vampiro debe tener alguien de dónde sacar sus dones o incluso ellos mismos pueden crearlos antes de completar la transformación. —pregunté. Quería saberlo todo sobre ella, no es que me guste ni nada por el estilo simplemente quiero crear un lazo más fuerte con ella.

Se quedó pensando unos minutos.

—Amm...ahora que lo mencionas creo que no tengo ni la menor puta idea de dónde obtuve tantos dones, nadie de mi familia real era vampiro, son simples humanos. Stefan fue quién nos encontró a mi hermana y a mí justo después de haber sido mordidas por Damon, es un poco duro hablar de eso pero te lo diré. Yo... asesine a mi propia madre y Aria a nuestro padre; desde entonces nos quedamos huérfanas y decidimos huir de ahí. Llegamos aquí a Corea hace 100 años y desde entonces hemos estado viviendo aquí sin que nadie se diera cuenta de nuestra identidad bueno a excepción de una persona —terminó de contar su vida anterior.
—Eso no me la esperaba, ¿Esa persona sigue contigo a pesar de saber que eres en realidad?
—Si, al principio pensé que huiría como todos los demás pero él no lo hizo. Lo cual me pareció muy extraño pero a la vez sentí alivio de no quedarme sola. —suspiró.
—¿Es tu novio? —ella volteó a verme negando.
—Es alguien más, con el tiempo sabrás quién es. —y volvimos a otro silencio pero éste no era incómodo sino de esos en los que te sientes bien.

Nos mantuvimos así un momento hasta que decidí romperlo.

—¿Quieres ir a dar una vuelta o hacer algo? —dije.
—Seguro, podemos ir a un parque que está cerca de aquí y jugar fútbol o hacer otra cosa que no sea aburrida y qué logré distraerme de tantos pensamientos. —me bajé de la rama y estiré mis brazos.
—Salta, prometo que te atrapare. —dije riendo. Ella ladeó la cabeza riendo y por un momento pensé que no lo haría.
—Si me dejas caer Kyungil te juro que te madreo —dijo entre risas.
—No lo haré, anda ya —dije poniendo fuerza en mis pies.