Music For My Ears [TERMINADA]

Capítulo 18 "Welcome to my life"

Rosabelo: Soy un desastre en esto, y no me sentía con la suficiente confianza de publicarlo, a mi parecer ha quedado terrible, pero desearía saber sus opiniones. El pasado esta muy resumido por la historia que voy a hacer con los mismos personajes relatando esta parte de su vida.

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Su madre siempre le había odiado, lo decía con cada mirada desde que era pequeño.

A los seis años de edad le había dejado en la autopista, incluso ahora le daba risa, paso mes y medio sin comer, pero un día conoció a un hombre que le tendió la mano.

"Me gustan sus ojos", había pensado en ese momento, "Nadie en mi familia me mira de esa forma".

Nagisa Shiota a los seis años de edad supo que la vida podía ser realmente corta, porque a medio suspiro de su muerte, un hombre lo llevó con él a un hospital, acepto la custodia del pequeño sin siquiera preguntarle a Hiromi Shiota su opinión.

Nagisa vivió, a partir de ese momento, muy feliz, jamás lloró, jamás se porto mal a los ojos de su padre adoptivo, siempre tenía una mirada llena de felicidad.

Hasta "aquel" día.

Su madre le fue a visitar después de tres años, diciéndole y gritándole que era mejor su muerte, que el hombre no merecía tan mala suerte como para haberle encontrado, que sería mejor si su padre sólo le hubiese dicho que abortara.

Nagisa no lloró, sólo se mantuvo en silencio en el umbral de la puerta, escuchando atentamente a su madre.

- Disculpe - había dicho el pelinegro al pie de las escaleras -, no creo que debería decirle tales cosas a mi hijo -

Nagisa miró sorprendido a Koro, su padre adoptivo, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, en ese momento su cabello era castaño. ¿La razón? Su madre pintaba su cabello cuando era pequeño por que odiaba su cabello azul, Nagisa no pudo dejar ese horrible hábito y lo siguió pintando cada seis meses.

Koro "discutió" con la madre de Nagisa, mientras ella gritaba, él le explicaba la situación, hasta que muy furioso la tomo del brazo y la jalo hasta bajar las escaleras por completo.

- Esta es mi propiedad, él que esta allá es mi hijo, y usted no tiene nada que ver con nosotros, por favor márchese inmediatamente o acudiré a las autoridades -

Nagisa sonrió con tristeza, lo estaba protegiendo, pero también estaba mintiendo. Koro no confiaba en las autoridades, no lo hacía desde que su esposa había muerto en un robo, la policía no había hecho nada y el caso seguía sin avanzar.

Había gastado millones de yenes por ello.

Hiromi, sin refutar nada, avanzó por la vereda y se perdió entre la lejanía.

-Gracias - susurró Nagisa cuando Koro había llegado a su lado.

- Esta bien, eres mi pequeño después de todo-

Nagisa, por primera vez, había llorado como un bebé, aquellas palabras le habían hecho falta por tanto tiempo, y que se las dijese la persona que ahora estaba a su lado le hacía infinitamente feliz.

Al entrar en la secundaria, a los 13 años, su cabello seguía siendo castaño, pero eso no le aterraba ni nada por el estilo, le hacía sentirse, de alguna forma, más normal.