Capítulo 16 "Un poco más cerca de la despedida"

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Su mirada estaba clavada en sus manos entrelazadas, ¿Cuánto tiempo se mantendrían así? Tal vez esa sería la última ocasión en la que podría ver sus manos así, después de todo él estaba enamorado de otra persona, lo sabía perfectamente, pero no por eso iba a rendirse.


Las lágrimas no iban a escapar de sus ojos otra vez, él había cometido el error de dejarlo, de romper lo poco que quedaba de su ser.


- Ne... Nagisa - susurró - Te quiero -


- Yo también - respondió el ojizarco - Te amo Tomo-kun -


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El sonido de la bocina resonó en la cabaña, haciendo que abriese sus ojos molesto e irritado, ¿Por qué todo tenía que ser un sueño? Sólo faltaban dos días para que todo terminase, para que no pudiese volver a ver a Nagisa, aún así no podía acercarse, el estúpido pelirrojo no se lo permitía.


Suspiró frustrado mientras se levantaba y tomaba su vestimenta, salió del lugar en dirección a las duchas, aún así sus suspiros fueron la entretenida compañía que consiguió a medida que sus pasos se iban acercando al lugar deseado.


Al entrar en las duchas de los chicos su primera visión fue el vapor, el vapor andante que cubría a los demás en las duchas individuales que habían en el lugar.


Como siempre, pasó entre los chicos hasta llegar al último baño, suspiró fuertemente con sus ojos cerrados mientras abría la llave y el agua comenzaba a caer a unos cuantos centímetros de donde se encontraba él, se quitó la camisa junto a los pantalones y bóxers para después adentrarse en el agua que comenzaba a cubrir cada parte de su cuerpo, desde las hebras del cabello negro azabache con reflejos azulinos, hasta sus piernas fornidas.


La llave a su lado se cerró rápidamente, a lo que él, como el curioso que era, se giró a mirar al lado contrario, encontrándose así mismo con el pequeño chico de cabellos celestes con una toalla al rededor de su cuerpo tomando sus cosas para salir de las duchas.+


No se lo pensó mucho y lo tomó por la muñeca.


- ¿Sugino-kun? - preguntó la voz aterciopelada saliendo de aquellos labios rosados empapados por el agua y tal vez saliva.


- Te dejaste crecer el cabello - susurró Tomohito como respuesta, no sé lo había pensado mucho, fue lo único que pudo salir de sus labios sin algún titubeo aparente.


Nagisa tardó en comprender un poco en que se refería a cuando estaban juntos.


- Sí - susurró como respuesta - Es... Mejor tenerlo así, ya no tengo que usar peluca - ironizó tratando de zafar el agarre que tenía el pelinegro en su muñeca.


- ¿Fue por mí? - preguntó - Lo siento -


- No importa - respondió rápidamente el ojizarco - La peluca me estorbaba, el cabello corto era fácil de usar, pero el largo es más lindo -


- Lo siento - susurró el pelinegro - No era mi intención hacer que esto pasara - volvió a susurrar, Nagisa negó con la cabeza.


- No fue culpa de nadie, fue mi decisión - dijo al tiempo que se soltaba del agarre y comenzaba a caminar.


Tomohito se quedo parado allí, con el agua escurriendo de su cuerpo. Suspiro y volvió a meterse a la regadera.

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- Akabane - llamó el pelinegro, llamando la atención del nombrado - Necesito pedirte un favor - 


- ¿Qué clase de favor? - preguntó Karma con burla, en realidad era interesante, pero irritante tener que hablar con el chico que daño a SU idol favorito.


- Quiero que me ayudes a tocar una canción - concluyó con un pequeño sonrojo en sus mejillas, se sentía estúpido por pedirle ese tipo de cosas a ese estúpido chico que odiaba, pero ¿Qué más podía hacer? - Es para Nagisa, es lo único que haré, y ya no los volveré a molestar -


- Mañana termina el campamento, ¿Sabes? - preguntó Karma con su mirada monótona - Esta bien, te ayudaré, pero sólo lo hago por Na-chan, quiero que se olvide de ti -


- ¡Gracias Akabane! - gritó, realmente agradecido.


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Eran al rededor de las nueve de la noche, y todos estaban gimoteando, ¿Cómo no hacerlo? Hicieron grandes amistades en tan sólo cuatro o tres semanas, ahora tenían que despedirse y esperar a que el destino los juntase de nuevo.


O al menos eso hacía la mayoría.


Sugino junto a Karma conectaban el equipo de audio, a veces Karma gruñía u otras Sugino suspiraba.


- ¿Es en serio? - preguntó Karma la ver las partituras. -, ¿ Quieres qué toque.... "eso"? -


- Sí - asintió el pelinegro - Es la última canción que le hice a Nagisa, le dije que la tocaría cuando todo acabase, pero no sabe la letra, sólo la melodía - 


- Ya veo... - susurró Karma con una mirada algo apagada, tenía confianza en si mismo, obviamente la tenía, pero... Nagisa se había enamorado de ese pelinegro, ¿Era posible que pasase otra vez?


- Por cierto Akabane - llamó el pelinegro - Gracias por esto - susurró - Nagisa, se merece a alguien mejor que yo, alguien que no cambie sus sentimientos de un día a otro, lo sé bien, por eso quiero decirte gracias por ayudarme y... Espero que sea más feliz contigo que como lo fue conmigo - lo último lo susurró tan bajo que el Akabane no pudo escucharle, a pesar de eso sonrió.


- No te preocupes Sugino - llamó su atención - Yo lo hago para que Nagisa pierda todo el rencor y la tristeza que ha guardado por años, ocultándolo de ti, de mi, de todos. Quiero que se deshaga de esos sentimientos y sea libre -


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Las luces se prendieron, estallando en varios colores, entre ellos era el rosado, el morado, azul, verde, blanco y negro.


 - ¡¡Hola!! - gritó Sugino - ¡Sé que estamos con las despedidas, por esa razón, quisiera dedicarle una canción a alguien muy especial! Aoi-chan, esto es para ti, para que sepas que todo ha terminado como lo prometí -


Nagisa abrió sus ojos con impresión, dejando que algunas lágrimas se escapasen de sus ojos, lo había estado ignorando todo ese tiempo, sólo para que no sufriese más, pero... Con esa canción, sólo sentía como el aire salía de sus pulmones, un nudo en la garganta y un dolor en el corazón, ¿En verdad, era lo que quería?


Music For My Ears [TERMINADA]Where stories live. Discover now