Eleccion

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Una noche algo despertó a Sakura, pero al abrir los ojos se percató que estaba soñando, que el escenario que veia frente a ella era completamente imposible, pues, estaba en su cama, en su habitacion, en su casa. Se levantó lentamente de esta y se sentó apoyando los pies en el fresco suelo de madera. Observó su vieja habitacion como si fuera un lugar completamente extraño, como si nunca hubiera estado alli antes. Luego llamó su atencion esa silueta oscura que se ocultaba a un lado de su espejo, donde solia mirarse cada vez que salia de mision con el equipo 7. Esta silueta pertenecia a un hombre que pronto se dejó ver a la luz de la luna que se colaba por la ventana e iluminada la oscura habitacion. Este tenia cabello blanco como la misma luna que lo iluminaba, su piel era oscura como la noche que los coronaba, y sus ojos eran rojos...como la sangre.
El hombre se aproximo hacia ella y se arrodilló a pocos centimetros de sus pies. Sakura lo miró extrañada, y mas por el hecho de que el no dejaba de mirarla, de observarla.

Sakura: ¿Quien eres tu?

???: Amatsu-Mikaboshi

Su voz era vaga y aguda, como la de un niño de 14 años, pero eso no significaba que no provoque un escalofrio en su espalda. La pelirosa frunció el ceño sin saber aun de quien se trataba.

Sakura: ¿Eres un dios?

Amatsu: Asi es.

No sabia porque eso la sorprendia. Hoy en dia que los dioses los visiten en sus sueños era tan normal como respirar.

Sakura: ¿Que quieres?

Amatsu: Me entere que quieren matar a Bishamon...quiero ayudar.

Sakura: ¿Te enteraste?, ¿como?

Amatsu: Siempre podre leer las almas que posean oscuridad...y la tuya es tan clara como el agua para mi.

Sakura: Hmp, ya veo...dices que quieres ayudar pero...¿como piensas hacerlo?

Amatsu: Los marcare.

La pelirosa abrió los ojos de par en par. Nisiquiera sabia que territorio cubria ese dios, no iba a lanzarse al abismo asi como asi.

Sakura: ¿Que es lo que gobiernas?

Amatsu: ...La oscuridad...la maldad.

Amatsu-Mikaboshi, el dios de la maldad habia reclutado a los cinco errantes del Seiken...o mejor dicho, la unica prueba de que este habia existido alguna vez.
Sakura lo miró sorprendida, se preguntaba si seria capaz de vender su alma a la oscuridad por matar a un dios, despues de todo, nisiquiera sabia si lo lograrian. Pero despues comprendio que...su alma ya estaba oscura, y fue por eso que Amatsu pudo leerla a la perfeccion. Creyó que un poco mas de oscuridad no le haria daño, despues de todo ya estaba manchada.
Se inclinó hacia el quedando a pocos centimetros de su rostro.

Sakura: ¿Que nos pasara si aceptamos nuestro shinkei?

Amatsu sonrió con sorna, al parecer nada bueno saldria de ahi.

Amatsu: ¿Tu que crees?

Y dicho eso, despertó. Al hacerlo, se dio cuenta de que sus amigos tambien habian despertado al mismo tiempo que ella y de la misma manera, jadeando y palidos como el papel.

Kanna: (jadeando) Ustedes...¿lo vieron?

Los restantes asintieron, al parecer el dios los habia visitado a los cuatro juntos.

A la mañana siguiente debatieron el que iban a hacer de ahora en adelante, no sabian si era seguro que saldrian en una pieza despues de ser marcados por el y aceptar su shinkei. Era extraño, era inusual, pero despues de dejar su naturaleza de guerreros habian vuelto a ser mas humanos...tenian miedo. Y fue por eso que aceptarian la propuesta de Amatsu, ya no se permitirian sentir miedo, nunca mas.

AbandonadaWhere stories live. Discover now