Abandonada

El marcado de fuego

Akiva: Esto es exasperante.

Kanna: Si, lo se.

Takeshi: Debemos esperar a que Bishamon-sama traiga noticias.

Pero ya habia pasado un tiempo desde que Bishamon no les traia ninguna novedad.
Konohamaru habia sido marcado por el dios del fuego, Kagutsuchi, y eso lo convertiria en la amenaza mas grande para el Seiken desde ahora. Pero no solo eso, Konohamaru no solo estaba sudando como loco mientras su cuerpo se adaptaba a la marca, sino que tambien estaba creciendo. Su cuerpo de niño de 14 años ya parecia el de un adolecente de 18, y esto fue porque los poderes de Kagutsuchi no podian ser contenidos en el cuerpo de un niño, es por eso que el dios lo hizo crecer. Todos veian anonadados la transformacion del Sarutobi, sin duda seria una gran molestia en el futuro. Nadie iba a negar que se les habia pasado por la cabeza la idea de matarlo, pero Takeshi no los dejaria, su instinto de medico era fuerte y mas su lealtad a Bishamon, quien dijo que mantuvieran al chico a salvo.

Sakura no dejaba de observarlo. Al mirar al moreno no podia dejar de recordarlo cuando era solo un niño admirador de Naruto, que correteaba detras de el siempre que lo veia, como un perrito. Al pensar en eso una leve sonrisa se le escapó, y se reprendió mentalmente por eso, sin embargo Shinya no iba a dejarlo pasar.

Shinya: (se acerca) ¿Recordaste algo bueno?

Sakura: No...nada de eso. (lo mira) ¿Como esta tu ala?

Shinya: (sonrie de lado) Esta bien, no te preocupes.

Sakura sonrió, pero en sus ojos ya no tenian alma, Cherry estaba en contra de que se vuelva blanda otra vez. La clave para la victoria, para cumplir su venganza, era ser fuerte, siempre lo fue.
De repente, Konohamaru emitió un gemido. Estaba despertando.
Takeshi se acercó a el y se sentó a su lado en la cama. El moreno abrió los ojos y comenzó a balbucear.

Takeshi: Oi, ¿puedes verme?

Konohamaru: (asiente)

Takeshi: ¿Sabes quien eres?

Konohamaru: Soy...Sarutobi Konohamaru, shinobi de Konoha.

La sola mencion de la aldea hizo que la pelirosa hiciera una mueca de asco, ya era algo natural, y Kanna rio por lo bajo al ver la reaccion de su amiga. Sin embargo, la risa de la rubia llamó la atencion del moreno quien dirigió su mirada hacia ella...y luego a quien tenia a su lado. Apenas la vio, se levantó bruscamente de la cama y se abalanzó contra ella. Fue tan rapido que el mismo se sorprendió al ver que en apenas una fraccion de segundo ya tenia el cuello de la pelirosa entre sus manos, la alzó en el aire con tanta facilidad que se aterrorizó, y mas el hecho de que estaba mucho mas alto que antes, pero no le interesaba eso ahora, solo queria matarla. Sentia tanto odio al verla que no tardaria en romperle el cuello, la miró a los ojos buscando la mirada que tanto esperaba, una que suplicara piedad...pero no. Sakura tenia el rostro mas aburrido del mundo, lo miraba sin brillo en los ojos y lo tomó de los brazos que la sujetaban. Apretó el agarre de manera que sus huesos crugieran levemente pero que crugieran en fin. El moreno la soltó dando un grito de dolor, miró sus brazos y vio como se hinchaban a medida que pasaban los segundos...pero luego sintió un cosquilleo en ellos, y de la nada el dolor comenzó a cesar.
Al ver como su rostro de destensaba, Sakura sonrió arrogante.

Sakura: ¿No es genial? Apenas te lastimen sanaras enseguida.

El moreno la miró con furia.

Konohamaru: ¡¿Que me hicieron?!, ¡¿que me hiciste?!

Y dicho eso, volvió a lanzarse hacia ella, pero esta vez Shinya intervino. Se puso delante de ella de forma protectora y lo miró amenazante. Al ver esto, el moreno reaccionó intentando darle un puñetazo en la cara, pero el rubio lo atajó y retorció su brazo empujandolo fuera de la tienda. Lo siguió hasta afuera y se tronó los dedos.