I'm Not Gay~yk

I: The Two Sides • Summer

Para comenzar esta parte de la historia, es propicio remontarnos al verano del año anterior, cuando a Jungkook y Yoongi les tocó sentarse juntos en la camioneta rumbo a la playa, y el menor cayó dormido sobre el hombro del rubio.

Recuerda ir por algún kilómetro en la ruta entre el 120 y el 150. Recuerda como sus párpados se sintieron pesados, y como le inundaba el placer de cerrar los ojos un rato.
Recuerda cuando su mejilla golpeó contra el huesudo hombro del mayor, quien se encontraba mirando por la ventanilla, haciendo que este voltee.
Recuerda haber vislumbrado con los ojos entrecerrados la bonita expresión de molestia en el rostro de su compañero de banda, y haber sonreído con las fuerzas que le restaban antes de restregar su mejilla por el blanco cuello, y finalmente haberse rendido ante el sueño.
Recuerda la cálida e inigualable sensación de sentirse acunado por Yoongi.

Pero aún más recuerda el cosquilleo de los largos dedos blanquecinos abrirse paso en su cabello tímidamente, para finalmente propiciarle una caricia lenta y apaciguada, y un corto y casto beso en su frente.

"¿Qué haces?"- susurró, aún preso de su ensoñación y cansancio. Y entonces Yoongi sonrió levemente, y acarició su mejilla, haciéndole cerrar los ojos con más intensidad y rapidez que estando incluso agotado.

Le chistó con suavidad, mientras continuaba acariciando su cabeza, en las sienes, detrás de las orejas, y en la nuca, acomodando su cabello azabache. Guardando que nadie viese aquella acción.

Esa tarde en el mar, Yoongi no se había despegado de Jungkook un solo instante; habían ido juntos a saltar las olas, Yoongi había abrazado a su menor y lo había empujado al agua tantas veces como fuese necesario para obtener más contacto físico, luego le había invitado a un batido y más tarde un helado, y habían jugado en la arena un rato antes de que el rubio se agotase, y quisiese echarse un rato al atardecer. Y Jungkook disfrutó aquel día como no imaginaba lo haría, en la compañía de alguien que, si bien consideraba su amigo, hasta ese momento no había demostrado tener un especial interés por él.

Por la noche, luego de volver a la casa tras ir cenar a un restaurante, Yoongi no había buscado a Jungkook, pero aún así se encontraron en la azotea.
Se quedaron hablando y riendo bajo el inmenso cielo nocturno, conociéndose a un nivel que ambos se preguntaron por qué no habían decidido explorar antes, acercándose cada vez más por el frío costero, hasta que finalmente todo concluyó en una campera prestada, y un acuerdo de ir a dormir.

Ninguno de los dos se preocupó por entrar demasiado tarde pues, el haber viajado juntos, significaba que dormirían juntos también. Y recostados ambos en la cama del mayor- luego de que, sin decir palabra alguna, pedir permiso, o dar explicaciones, el pelinegro se echase a su lado- se dispusieron a dormir juntos.

"Buenas noches Jungkookie"- susurró Yoongi, acariciando una vez más el cabello del menor y acomodándolo tras su oreja.

"Buenas noches hyung"

Pero aquella noche Jungkook no durmió en lo absoluto, a pesar de estar cansado por lo activo que había estado durante el día.
No pudo dormir porque el rostro cercano de Yoongi lo inhibía, su respiración tranquila al borde de su boca le arrebataba la propia, y aquella sensación de querer salir corriendo, y al mismo tiempo acercarse al cuerpo contrario tanto como fuese posible, le impedía romper el hipnótico hechizo que significaba disponer toda la noche para observar los rosados labios ante sus ojos, y la brisa veraniega alborotando el cabello rubio sobre las sábanas.