Capítulo 9.

12.1K 1.4K 207
                                    


—Así que te has quedado sin conquistas—Cristine me dice observándome desde el otro sofá de la sala.

—Todavía soy joven y hay muchos hombres en el mundo. Ahora es que me quedan conquistas.

—Lili...

—Cristine, no quiero saber nada en este momento sobre las relaciones. Lo he pensado bien, quiero volver a estudiar, quiero crecer y madurar, quiero ser la Lilian de antes—Mi hermana me mira con lágrimas en los ojos—. Aprendí mucho de esos dos en los últimos meses.

—Estoy orgullosa de ti.

—¡Oh vamos, no te pongas sentimental! Más bien, cuéntame que eran esos sonidos de anoche—formo una sonrisita pícara—, y no me mientas, mira que vi a George saliendo del apartamento de esta mañana.

—¡Oh, no seas pervertida!

Mi teléfono suena ocasionando que ambas guardemos silencio, en el identificador de llamadas solo dice una palabra con cuatro letras: papá. Le muestro a Cristine y ella sonríe, se levanta del sofá y se dirige a su habitación dejándome sola. Ella está intentándolo, pero aún le cuesta un poco.

—Hola, papá—digo al contestar.

—Hola mi corazón. ¿Cómo está todo?

—Maravilloso, papá. Maravilloso.

Venir a Canadá fue una de las mejores decisiones de mi vida, no solo pude encontrar a mi hermana, sino también que conocí a dos personas maravillosas. Primero a Bastian Reed, mi mejor diversión, amante y amigo, ese hombre que supo ver más allá de esa fachada de chica mala. Bastian supo ver a la verdadera Lilian y la amó. Y segundo a Arthur Walter, ese hombre que supo decir las palabras correctas, me encontró como un cristal sin brillo y luego me pulió para volver a brillas. Me ayudó a convertirme en lo que soy ahora, en lo que quiero ser. Arthur es uno de los mejores amigos que pude haber hecho, siempre está ahí para remarcar todas las virtudes que tengo y siempre me ayuda para ponerlas en práctica.

—Eso me hace feliz mi Lili, no sabes las ganas que tengo de verte.

Mi Lili, recuerdo que mi papá odiaba que recortara mi nombre, pero yo odiaba que me recordara a mamá. Reuniendo todas las fuerzas posibles le digo a mi padre:

—Papá, ¿puedes hacer algo por mí?

—Solo dilo y lo haré.

—¿Puedes decirme Lilian?

Es así como dos hombres cambiaron mi perspectiva de ver las cosas, me ayudaron a volver a ser yo, a cambiar mis malas actitudes. Los chicos con motocicletas me van demasiado y todas mis aventuras eran solo... aventuras. Bastian y Arthur no fueron otra aventura sobre ruedas, ellos son esas dos piezas faltantes que hicieron funcionar esa motocicleta. Los que hicieron que volviera a la vida.

Adiós Lili, hola Lilian.

Fin.

Espero que hayan disfrutado este extra :O

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Espero que hayan disfrutado este extra :O

Nos seguimos leyendo en #NSTDA :)

Nos seguimos leyendo en #NSTDA :)

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
No es otra aventura sobre ruedas | Los Intocables #Extra2Where stories live. Discover now