Capítulo 1

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El constante sonido de la alarma hace que mis ojos se abran lentamente. La mirada se posa instantáneamente en aquella ventana de mi habitación la cual se encuentra cerrada impidiendo que la luz entre por ella, siempre la dejo abierta así que el chico que tiene su brazo cubriendo mi cintura debió ser quien la cerró. Me muevo un poco tratando de que Bastian deje de tomar mi cintura, él sabe que odio esa clase de cariños después de que dormimos juntos, me parece incómodo y estúpido.

Cuando al fin logro despegarme de él, me siento en la cama dejando caer la sábana color salmón que cubría mi cuerpo desnudo. Anoche fue... alucinante. Cuando discuto con Bastian él tiende a ser un poco más violento, se olvida de sus sentimientos y reacciona como debería hacerlo siempre. No me gusta que sea cariñoso, simple y llanamente porque muy pero muy en el fondo de mi corazón sé que le estoy haciendo daño.

¿Pero eso que le importa a Lilian Knight? A ella solo le importa disfrutar de una buena sesión de sexo y es feliz.

Eso no lo digo yo, lo dicen todas las personas que me conocen. Menos mi hermanastra. Sorprendentemente Cris me entiende, hasta cierto punto, por supuesto. Cada vez que hablamos ella solo me da una charla diciendo que le dé una oportunidad a Bastian sobre algo más y yo siempre lo refuto diciendo que no puedo. ¿Pero por qué no puedo? Tal vez no me nace, no puedo hacerlo. Soy muy contradictoria en esas cosas, o quizás la palabra hipócrita es la más certera para esta situación. Odio que me dejen botada a mí, pero a mí me encanta hacerlo con los demás. Así es Lilian Knight.

Me levanto de la cama rumbo al cuarto de baño, entro en la ducha dejando que la tibia lluvia artificial me envuelva. Cuando los minutos pasan, salgo de ella cubriéndome con una toalla blanca, tiempo después ya me encuentro vestida para desayunar y salir directo a la cafetería.

Veo a Cristine preparando un sándwich de jamón y queso, me acerco a ella asustándola por la espalda.

—¡Mierda, Lili!

—Cuidado con esa boca—advierto con voz grave.

—Claro, lo dice la más inocente de todas.

—Eres mi hermanita menor, odio escucharte decir malas palabras.

—No eres un buen ejemplo, Lili.

—Lo sé, por algo soy la oveja negra de la familia—me burlo haciendo que ella ruede sus ojos—. ¿Serías tan buena hermana y me prepararías un sándwich?

—Lo haré si me respondes una cosa—hace una pausa con la mirada fija en el pan—, ¿te cuidaste?

—¿Siempre que tenga relaciones con Bastian o cualquier otro desconocido me vas a preguntar lo mismo?

—Lilian, deja de ser una perra conmigo—suspiro.

—Sí, me cuidé, Bastian también, como cada vez que lo hacemos.

—Odio a Bastian—Levanto mi ceja, ella al ver como la miro deja el sándwich de lado—. Odio que siempre entre en ese círculo vicioso contigo.

—Cris...

—Él no lo demuestra, pero estoy segura de que está herido. ¿Qué número de intento fue esta vez?

—Octavo.

—¿El octavo, Lili?—mi hermana niega con la cabeza—. Ocho veces, Lili, es la octava vez que Bastian te pide una relación formal.

—No quiero esas cosas.

—¡Pero si él prácticamente vive con nosotras! Te escucha tener sexo con otros hombres y...

—¡Ya basta, Cris!

No es otra aventura sobre ruedas | Los Intocables #Extra2Место, где живут истории. Откройте их для себя