➰ Capitulo 6 ➰

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POV James Carstairs

Introdujo la yema de su dedo dentro de mi orificio color rosa, o al menos así lo era antes, dado que ahora se mantiene con manchas de color blanca, con una textura pegajosa. Sintiendo, de paso, como se encogía del solo hecho que este ingresando algo en una parte que solo se dedica a sacar, haciéndose aún más pequeña esa área, atrapando su dedo que sutilmente sale y entra, dejándole paso a su semen que percibe dentro de mí.

Cuando nuevamente lo obtuvo dentro por completo, aquel dedo invasor, se propuso a buscar un área, una zona que disfrutaría por completo, un punto de excitación máxima.

 Pero rápidamente lo saco, creyendo que sentiría ese vacío (y así fue) mientras mis gemidos se pronuncian cada vez más, y al cabo de unos segundos metió dos dedos de golpe, esta vez no siendo sutil, no siendo caballeroso, simplemente a la fuerza dilatando aun más la zona, más salvaje que antes haciendo que mi espalda se arqueara, gimiendo un poco más alto ya sin importarme si era escuchado, y así lo hice de nuevo, gimiendo como una gata en celo, siendo que estos salían de mis labios como si se hubiesen guardado en mucho tiempo.

Acabé tensando un poco más el agarre en la cama estremeciéndome por como su dedo me abría muy lentamente, muerdo el edredón cerrando los ojos cuando por fin su dedo se comenzó a mover libremente, pero aun sentía aquel ardor por aquella intromisión, un suspiro fue el que me hizo soltar aquel agarre de muerte con mis dientes en el edredón cuando William sacó su dedo sintiendo una ligera punzada de dolor que fue remplazada por otra un poco más fuerte cuando dos dedos entraron por segunda vez sin avisa, aunque mis gritos fuesen mayores, comenzaba a tomarle el gusto a esas intromisiones.

—William... —Dije su nombre en un pequeño gemido igual de alto que los demás cuando el dolor se remplazó en el momento que comenzó a dilatarme de mejor manera. —Me gusta... Me gusta esto Will... —Dije sabiendo que, si él me viera, notaria mi rostro completamente rojo, mis ojos dilatados y a la mierda todo el cansancio que podría tener.

Esta vez sería más que especial.

Esta vez seré de William Herondale, y eso nadie me lo impedirá.

De un momento a otro, deje que me hiciera lo que Will quisiera, sintiendo como su dedo juagaba a la perfección con el anillo de mi ano, como lo dilata sin piedad, y de paso repartía besos por toda mi espalda desnuda, percibiendo vagamente el camino de ellos.

Mi excitación ya no podía ser más, así como el dolor en mi miembro, que muy erecto ya está por todo el calentón que me tiene Will, tan así que baje una de mis manos hasta satisfacer esa necesidad que se cuela en mi interior provocando que mis sentidos se agudicen y de paso se nublen con una facilidad que me cuesta entenderlo del todo.

¿Qué come ese hombre, que consigue todo esto? Dónde lo había aprendido, y, sobre todo, porque coño lo hace tan placentero.

Gemía, una y otra vez gemía como si mi vida dependiese de ello, e inevitablemente lleve una de mis manos a mi falo, necesitando atención, aun mas cuando en un movimiento brusco, pero sobre todo riquísimo, me desvié, y mi mano roce el glande enrojecido de mi polla, provocando un gemido gutural como un animal en celo.

—Eso está mal pequeño...— Dijo Will, dejándome helado cuando note que se detuvo en las estocadas que mi trasero disfrutaba. —...Muy mal. —Agregó con esa voz tan ronca que lo destaca, sobre todo.

—Yo... —En cambio, no pude decir nada, me habían prácticamente comido la lengua los ratones, y sobre todo lo único que musito son monosílabos acompañados de jadeos.

Sin embargo, mi parabatai se detuvo, dejo de penetrarme y lo que vino después fue un completo silencio acompañado de un vacío entre ambos, y sobre todo en mí ya profanado ano. Sintiendo la falta de este de inmediato, así como también dejando a mil mis revoluciones internas.

~Heronstairs~ Where stories live. Discover now