➰ Capitulo 2 ➰

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Cuando James escuchó aquel jadeo de su parabatai, si fue eso que escucho o solo fue su imaginación, negó con la cabeza quitando las mil ideas que se le pasan por la cabeza.

— ¿Will estas bien? —Cuando aquel pelinegro se separa noto ver aquel rubor que se posó sobre sus mejillas, tomó su mano y frunció un poco el entrecejo, estirándose un poco y tomando su mano. — ¿Qué pasa? Estas algo rojo...

—Nada... Nada pasó James. —Agregó tomando una bocanada de aire y así soltando el restante para tranquilizar su respiración. —... ¿Ya te sientes mejor? —Bufo William girándose y habiéndole frente a lo que antes había hecho, siguiéndole el agarre y sentándose sobre el edredón.

Levanto la mirada dejando la vergüenza de lado, también así ese palpitar que con euforia ejerció su pecho.

— ¿Seguro? —Lo ve el ojiplata fijamente suspirando—Sí, me siento mejor... —Cuando por fin se voltea dando la cara, una de sus cejas se eleva al ver aun aquel sonrojo sobre las mejillas, pasando así su mano por atrás de la nuca, rozando de inmediato con los cabellos negros de su parabatai, acercándolo finalmente hasta que sus frente se tocan. — ¿Qué te pasa Will? Estas rojo y tu respiración no es la misma... ¿Te sientes mal o algo?

William se agradecía tener un control de el mismo, porque ese movimiento esa cercanía a cualquier le haría dudar de su respuesta automática.

El mayor levantó la vista mirando esos ojos grises, esos mismos que se desveló por noches para cuidarlo, esos mismos que arriesgó su vida para volverlos a ver brillar.

—James... perdóname por esto... — Dijo acercándose a él nuevamente, con la diferencia que saco la remera que traía arrojándola lejos de ellos viendo de inmediato la tez blanca y las runas en ese pecho.

— ¿Perdonarte? Will yo no tengo nada que...

—... Necesito saber si también te ocurre lo mismo... —Dispuesto todo Will se colocó arriba de él, con sus piernas a cada lado de la cadera de James.

Bajo su rostro lo suficiente para que sus labios rozaran la piel, la misma que trazó runas en el pasado.

James se quedó callado cuando en aquel fácil movimiento su camisa salió de su cuerpo, abriendo sus ojos de par en par y más cuando fue recostado

— Will... —Murmuró eso último cuando ya lo tenía encima y sus labios bajaban rozando el pecho, haciendo que su cuerpo temblara bajo el suyo, llevando sus manos por inercia a su espalda, dejando escapar un largo suspiro para seguido cerrar los ojos.

Había sido la misma sintonía de su venida. El mismo tono, solo con diferentes palabras.

Una sonrisa en Will se asomó automáticamente, no deteniéndose por la incertidumbre por saber qué pasaría si seguiría lamiendo.

Así que decidido prosiguió está vez subiendo sus labios hasta el medio de sus pectorales, dejando un beso más subido de tono añadiendo su lengua siendo está la primera que toco la piel y seguido de sus labios.

En cambio, James abrió sus ojos cuando se quedó quieto en aquella posición, suspiro y bajo sus manos lentamente por la espalda comenzando a bajarlas, pero cuando sintió el suave tacto de la lengua en aquella parte, provoco que saliera un corto jadeo volviendo a poner sus manos en la espalda apretando un poco con los dedos.

— ¿Te gusta? —Pregunto manteniendo su peso con sus brazos aquellos apoyados en la cama misma. Mirándolo en todo momento, inclusive cuando no es posible ver a esos orbes grises.

Se detuvo, únicamente para saber si realmente le gustaba aquello, dado que al mayor le comenzó a gustar escucharlo jadear, sabiendo a que se debía.

—Sí, me gusta... —Se recargo en un brazo y tras tomarlo por la nuca lo acerca y esta vez el, James quien comienza a rozar sus labios con el pelinegro.

—James... —Musitó abriendo sus ojos desmesuradamente al sentir un cosquilleo dentro de el mismo a base de ese pequeño toque.

Aun así quiso saber que más sentía, que más siente y descubrir los límites si es que los había.

Es por eso que de sumo a ese roce, y entre abriendo sus labios capturó a los de su parabatai, humedeciéndolos en el primer contacto.

Se adentro más a su boca y cuando su acompañante abrió la cavidad oral, ingreso su lengua, la cuál de inmediato un gemido de desesperación y placer salió de sus labios lo míos que se hallan ocupados en James.

Moviendo su lengua de manera libre contra la de él explorando literalmente su boca, pero el oxígeno era necesario por lo que se separó solo un poco para tomar algo de aire, abriendo así, sus ojos para ver los de Will, el calor sí que había aumentado, pero eso le hacía sentir bien. Suspiro aun más cuando los pechos se rozan por aquella irregular respiración de ambos.

—Que... Dime que esto está bien...— Dijo en todo momento jadeando ante su repuesta y sobre todo las reacciones de su cuerpo, el mismo que sigue pidiendo más de sus besos de los labios y caricias que no son menores en su nuca.

Antes que su parabatai le dijera una respuesta, el mayor desvío sus labios hasta el cuello de él, siendo totalmente inconsecuente con el miedo que dijo con anterioridad en sus palabras, reconociendo que es un lío interior pero no por ser así dejaría de seguir lo que desea.

—Will... —Suspiró un poco más como un jadeo, cerrando sus orbes grises y sintiendo como aquella parte de la entrepierna del pantalón se apretara un poco.

Aquel movimiento fue más grato que los anteriores teniendo una respuesta que no pensó que la obtendría. James había gemido y jadeado junto a su nombre sin dejar de la inminente llegada de aquella erección que emana bajo la prisión del pantalón de su parabatai, pero a quien engaña. Él está teniendo el mismo calor en su entrepierna, pero dado la posición que se hallan, el mayor con las piernas abiertas sobre las de su menor. El roce de sexos pasó a ganarle a los besos.

— ¿Sí? —Musitó William, esperando que la lejanía de ambos cuerpos fuera más que nula.

~Heronstairs~ Where stories live. Discover now