La más odiada 2

El partido decisivo (capítulo doble)

Parte 1

Erica reunió a todas las chicas del equipo de fútbol en el patio.

—Muy bien ¡Atención chicas! Necesito que estén enfocadas, este torneo es incluso más importante que el anterior, debemos reafirmar nuestro triunfo, no podemos dejar que crean que lo nuestro fue suerte, que solo fue algo pasajero, ¡no! Debemos demostrar de lo que estamos hechas —se creía Leónidas en la película 300, tal como mi padre al frente de la empresa, solo que con menos estilo que él.

El profesor Banner lanzó el balón al centro de la cancha.

—Hemos entrenado todo el año para este torneo, es hora de afianzarnos como equipo en la última oportunidad que tendremos de hacerlo, ya que este es su último año de preparatoria, así que vamos a dar lo mejor ¿qué les parece?

—Me parece una idiotez —levanté la mano.

—Ya sabíamos que dirías eso... —dijo Banner.

—¡Vamos a demostrarles quienes somos! —Dijo Dayana, se creía Tony Robbins o alguno de esos imbéciles de motivación.

—Fuera perras —tomé la pelota entre mis pies, tenía planeado un despliegue de magia y humillación acompañado de insultos y desprestigio a estas cucarachas apestosas.

Anna fue la primera que se acercó a mí y salió despedida cuando le puse el cuerpo firme, hice un giro pasando la pelota de una pierna a la otra y continué.

—Si vas a entrenar así, para cuando llegue el día del torneo estaremos todas lesionadas y jugarás tú sola, imbécil... —me recriminó.

—Oh espera que lo busco en Google: Anna fracasada... —hice un gesto como si tuviera un teléfono celular en mi mano— mira estás primera...

*

Dayana se encontró esa tarde luego de la escuela con Gastón, algo le había estado rondando en la cabeza durante todo el día y no podía contenerlo.

—Creo que no vamos a poder salir juntos —dijo Dayana algo apenada.

—¿Por qué? —Preguntó extrañado Gastón.

—No puedo explicártelo, pero va a ser lo mejor... quería decírtelo personalmente, me gustas, pero...

Cuando Gastón escuchó que a ella le gustaba, se acercó peligrosamente, era un chico muy apuesto y a Dayana le encantaba. La tomó de los hombros y la notó nerviosa, acercó sus labios a los de ella y la besó. Por un momento Dayana accedió, pero en un instante se dio cuenta que estaba mal lo que hacía, no era para nada igual al beso que se había dado con Louis.

—Lo siento, no puedo... —dijo ella apartándose— me gustas mucho, pero hay alguien por el que siento algo más.

—¿Te refieres a Louis?

—Tengo que irme... —se excusó Dayana y se alejó.

*

El primer partido fue en una cancha rival de una escuela de piojosas.

El equipo contrario estaba frente a nosotras, con sus cabellos de puntas florecidas, cutis con puntos negros en los rostros y botines que no eran el último modelo de Nike.

Recibí una pelota cruzada y disparé hacia la valla contraria, pero no pude darle la suficiente potencia y la guardameta la atrapó fácilmente.

Dayana robó un balón en la mitad de la cancha, yo la acompañé por el lateral por si se sentía presionada y tenía que dar un pase, pero no fue necesario ella llegó eludiendo a las defensoras y hundió la pelota dentro del arco contrario.