2> Felices los cuatro

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Desperté a las 7 y tenía mucho sueño. La noche anterior me costó mucho dormir porque era la primera vez que duermo en la nueva casa y me asustaba con cada ruido. Sí, soy una cagada...

Bajé a desayunar algo delicioso cocinado por mi madre pero no vi a nadie en la cocina. Sólo un plato vacío con una nota suya:

"He ido a casa a por más cosas. No te he avisado porque eres una dormilona y no te has levantado pronto.
Posdata: ¡Hazte el desayuno perezosa!"

-¿Qué no me he levantado pronto...?

De repente, oí a alguien forcejeando la puerta principal y del susto me di un golpe con una de las lámparas de techo de la cocina.

-¡Ah, joder! -Me froté la cabeza.

Miré instintivamente a la puerta ya que ésta se abrió de golpe. Era Paul. Detrás iba una chica.

-Ah, eres tú. No esperaba que llegaras tan pronto -Terminé la frase bostezando.

-¿Te he asustado? -Se rió, de mí, obviamente- Lo siento, es que me ha costado abrir. Por cierto, no es tan pronto.

-Otro...

-¿Qué?

-Nada.

-Bueno, ella es Melanie, mi hija -dijo señalando a la chica.

-Encantada -dije un poco zombi.

Ahora que la miré bien pude fijarme en cómo era. Era pelirroja como su padre, su pelo era largo y sus ojos eran azules. Era más alta que yo y bastante atractiva pero daba un poquito de miedo.
Ella no me dijo nada pero sonrió muy ligeramente, casi ni se notó, como diciendo "igualmente". O eso creo... Después de esto subió a su habitación cargada con algunas bolsas.

-¿Qué tienes pensado hacer hoy, Jodie? -me preguntó Paul.

-Bueno... cómo mi madre me ha dejado aquí abandonada y no vendrá hasta... a saber cuando. No sé, quizá me ordene la habitación.

-Bien, yo haré lo mismo con mi despacho.

-¿Hoy no trabajas?

-No

-¡Wow!

-Ya, yo tampoco me lo creo.

Paul se fue a su despacho que era una pequeña habitación en la planta baja, al lado de la cocina. Yo subí a mi cuarto.
Ordené toda mi habitación, sobretodo el escritorio, para poder estudiar en cuanto me fuera posible. Luego, me duché y salí un rato a dar una vuelta con Kat, mi amiga.
Estábamos paseando por los alrededores de la casa. No los había visto todavía. Enfrente de la casa había una carretera y todo lo demás eran bosques. No había mucho que ver, salvo los coches pasar constantemente, pero el ambiente era fresco y relajado. Y, durante esos días, cualquier cosa era buena con tal de descansar de la mudanza y no pensar en los exámenes.
Me despedí de Kat y me fui a mi "nueva casa" a cenar. En parte me hacía ilusión. La casa era muy bonita, estaba mi peculiar madre, también Paul que era como un amigo/hermano y... Melanie, que todavía no sabía qué era para mí.
Entré y la cena ya estaba lista. Paul y mi madre terminaron de poner la mesa y se sentaron. Yo también hice lo mismo y, al rato, bajó Melanie.
Durante la cena Paul estaba contándole un montón de cosas a su hija, la cual solo hablaba con monosílabos, y mi madre y yo también conversábamos bastante. En especial ella, que hablaba hasta mientras bebía agua <Asombroso...>.

La hermanastraWhere stories live. Discover now