Capítulo 6.

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Louis temblaba y sujetaba su cuello, mientras permanecía sentado en una esquina del suelo de la cocina.

...—Tranquilo cariño, no pasa nada—dijo Megan tendiéndole la mano—...ven enséñame eso, lo curaremos ahora mismo.

Esta le revisó y finalmente le extendió con cuidado, una pomada sobre las moradas marcas de su cuello.

—Él quiso matarme Megan... No lo entiendo... y-yo cumplo con mi parte del trato, estoy trabajando duro, ¿por qué me hizo esto?—habló Louis mientras seguía temblando por el miedo.

—Harry sufrió su celo, cariño... Él estaba muy alterado porque lo robaron... Al parecer le quitaron un reloj de su padre que para él era muy importante....No temas, él ni siquiera sabía lo que hacía... Perdónale pequeño... es lo mejor, no llenes tu vida de rencor y miedos.

Louis miró incrédulo a la omega, la cual creyó que estaba tan cegada por el cariño que sentía por el alfa, que pretendía que él le perdonase el que casi lo matara por un estúpido reloj... ¿su vida a cambio de un reloj?.

El omega negó con la cabeza y corrió a encerrarse en su habitación, allí muchas cosas pasaron por su mente mientras lloró tendido sobre la cama, entonces pensó en que tal vez debía escaparse o quizás debía olvidarlo o también enfrentarlo pero luego desistió pues ninguna de esas opciones le pareció viable en su situación.

Estaba seguro de que si lo enfrentaba acabaría muerto, si lo perdonaba quizás volvería a hacérselo y acabaría muerto y si finalmente lo olvidaba, haciendo como si no hubiese pasado nada, el alfa podría volver a confiarse y atacarlo, acabando igualmente muerto.

Era imposible regresar a casa con su familia y que el alfa no tomase represalias, por lo que tendría que vivir bajo el techo del temible alfa, hasta que este diese por saldada la deuda aunque no lo perdonaría tan fácilmente.

Entre lágrimas, este se quedó dormido y tiempo después, Megan tocó a su puerta varias veces pero no le contestó, así que entendió que podía necesitar algo más de tiempo y lo dejó tranquilo.

Mientras Harry, había ido a su habitación y tras coger otro reloj de la colección y otra cantidad de dinero de la caja fuerte, también había mandado a uno de sus betas a comprarle un móvil nuevo y para cuando llegó la hora de la comida, el alfa ya tenía todas sus pertenencias sustraídas, más que repuestas.

Este se sentó en la gran mesa y esperó a ser servido tras tocar la campanita, entonces Megan entró muy seria y con su mirada enrojecida de llorar mientras portaba el primer plato.

El alfa parecía ya no ser consciente del daño que había causado en los omegas pues se comportaba de nuevo con su soberbia y su arrogancia habitual.

—¿Y el pequeño omega?... espero que esté trabajando.

Megan lo miró con sorpresa y a continuación mintió.

—Si, él está limpiando la plata en el piso de arriba, señor.

—Que raro, yo no lo he visto al bajar—dijo el ojiverde frunciendo el ceño.

—Ha subido ahora, después de haberme ayudado —volvió a mentir esta.

—Bien... perfecto, no quiero gandules en mi casa.

Megan negó con la cabeza pues por más que ella trataba de sacar al tierno y amable alfa que crió, siempre fracasaba, ya que lamentablemente había mucho del difunto tirano de su padre, inculcado en el ojiverde, por lo que empezaba a creer que éste jamás cambiaría.

Al terminar su comida, tiempo después, el alfa se fue muy apurado a la empresa pues tenía varias reuniones ese día y que lo ocuparían toda la tarde.

La omega subió entonces e intentó hablar con Louis pero este siguió sin abrirle la puerta y finalmente optó por coger la llave maestra y abrirla ella misma.

Cuando al fin entró, no vio al omega, éste ya no estaba en la cama, ni tampoco en el baño, entonces vio su ventana que estaba abierta y comprendió que éste se había escapado.

...—¿Qué has hecho muchacho?.—susurró para sí misma temiéndose lo peor.

A penas Louis había visto salir al alfa con sus betas, este aprovechó la oportunidad de irse pues lo había pensado mejor y quería ver a sus padres y hermanos.

Los echaba mucho de menos, por lo que saltó por la ventana dejándola abierta pues tenía pensado regresar antes de que él alfa volviese a la mansión en la noche.

Este caminó por las calles tras abandonar la propiedad y entonces llegó a la estación de autobuses, donde sacó de su bolsillo unas monedas que se había encontrado haciendo limpieza, hacía días y las cuales el alfa ni siquiera había echado de menos, por lo que se las habías quedado como amuletos.

No tenía pensado gastarlas pero lo que Harry le había hecho lo había obligado a revelarse, además tenía pensando devolverselas a modo de trabajo pues total no le importaba trabajar un mes más, si finalmente veía a su familia.

Este compró un billete hasta la parada cerca de su casa y entonces subió al autobús, por suerte aún le había sobrado para pagar la vuelta a la mansión, así que una media hora después, ya estaba tocando en la puerta de su casa donde su hermana Felicite le abrió.

—¿Louis?, ¡Papi.... mami es Louis!—Exclamó emocionada.

Sus padres acudieron veloces a la puerta, incrédulos de lo que su hija decía, casi se mueren de un infarto cuando vieron a su hijo tan hermoso y de un pieza.

—¡Oh Dios mío, Louis!, estás precioso,  pero ...¿qué haces aquí?, ¿El señor Styles te dejó venir?—preguntó incrédula su madre besándolo y abrazándolo fuertemente.

—No emm... la verdad es que...emm...me he escapado para veros.

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2. Dulce omega. (Larry Stylinson) Omegaverse,TerminadaWhere stories live. Discover now