Una dosis de mi propia medicina

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—Estoy saliendo para lo de Julieta, Anna y Jessica están allí y Dayana irá más tarde, fue a comprarle un regalo...

—Lo sé, la vi entrando y me dijo que como era morocha había nacido para trapear el piso —remarqué.

—Bueno, debo irme, tengo un compromiso... lo tuyo no es tan importante...

—¿Lo mío no es taaan importante? Cualquier cosa que tenga que ver conmigo es más importante que lo que le suceda a esa tanda de sarnosas... ah, ya veo ahora tus amiguitas suicida, famosa, perra y chismosa son tus nuevas amigas ¿no? Las detesto con toda mi alma...

—¿Me estás haciendo una escena de celos? Ok veo que realmente te afectó lo del mall... me quedaré aquí contigo.

—No, está bien ve a la casa de esa infeliz, a ver si se suicida y al fin consigue atención de algún modo, esa inerte es como Santa Claus, no existe. Y el único momento en que realmente existirá será cuando deje de existir.

—Está bien, nos vemos mañana en la escuela...

Ya que el pobre indigente de Louis estaba "ocupado" con sus "amigas", llevé a Gwen a pasear.

—¿Y qué dijo Louis? —Preguntó la apestosa luego de que le contara.

—Bla, bla, bla... soy un pobre idiota e iré a ayudar a la chica suicida...

—Pero ¿tú no habías ido a ayudarla?

—Hay algo que debes entender: cuando yo hago algo, está bien. Todo lo que yo hago está bien mientras sea yo quien lo hace, si lo hace otro estará bien siempre y cuando yo lo diga...

—Y ¿qué dijeron el resto de las chicas?

—Bla, bla, bla soy una idiota que quiere hacerse la solidaria para conseguir más seguidores... y yo soy una infeliz que viene a ver a una chica suicida para sentirme mejor... y yo, una chismosa a la que le interesa un bledo si se suicida o no, pero tengo que estar ahí metiendo mis narices...

—¿En serio vas a emplear a mi hermano?

—Sophia Laurent tiene una sola palabra...


*

Las cámaras seguían a Dayana por todos lados. El romance de fantasía comenzó con un ramo de flores y una nota anónima que supuestamente Louis le había enviado a Dayana. Algo más que ficticio, cualquiera que conociera a Louis sabría que él no podría costear siquiera un pétalo de esas flores... bueno allí comenzó esa farsa de la pocos sabíamos, todos los demás eran tan idiotas de creer en el amor... por poco y vomito.

—¿Alguna vez vas dejar de pensar solo en ti? —Preguntó la psicóloga.

—Siempre pienso en los demás y cuando pienso en los demás me pongo en su lugar y pienso en lo mucho que piensan en mí y me pregunto Sophia ¿Cuándo dejarás de ser tan hermosa? Y la respuesta es: nunca... obviamente desde su perspectiva...

—Yo creo que lo único que quieres es ver el mundo arder... no quieres a los judíos, pero detestas a los nazis, discriminas a los pobres, pero tu único amigo aquí es el más pobre de la escuela. Odias el feminismo en la misma medida que desprecias a los hombres. Detestas a las feas, pero las defiendes cuando alguien más las ataca. Creo que solo te diviertes con la gente... pero ahora que ya ha pasado todo y has limpiado tu nombre de la lista de la comisión, voy a entregarte esto y ya no tendré que volver a verte... —hizo una señal como agradeciendo al cielo.

La mujer estiró un sobre hacia mí.

—Es una copia de la carta para el directorio, hoy a la mañana se la envié a la jueza y a tu empresa. Así que en un mes y medio serás la nueva presidenta de la V.I.P. co.

V.I.P. eran las siglas de Viral Ideas Publishing que, en español por si hay algún negro que sepa inglés, significa ideas publicitarias virales.

—Ahora voy a preguntártelo por última vez: ¿no hay nada más que hayas hecho que pueda comprometer tu asunción a la presidencia? ¿Nada que haya violado de la ley?

—Señora, me ofende, soy una ciudadana honesta que nunca haría nada fuera de lo que establece la ley —expresé indignada.

—Ok, creo que ya para estas alturas estoy lo suficientemente loca para confiar en ti.

—¿Sabes por qué que me caes mal? Porque eres una fea que quiere hacerse la no fea...

—Realmente Sophia, eres insoportable...

—¿Qué? ¿Que soy grandiosa? ¿Y crees que no lo sé? ¿Crees que no tengo espejos en mi casa? Yo misma me deseo... cómo no me van a desear los demás.

—Hazme un favor, ve a ver a un abogado...


*

Louis y Dayana caminaban tomados de la mano, era el primer encuentro de su supuesto romance. De pronto Louis la tomó con más fuerza.

—¿Qué sucede? —Preguntó ella.

—Le hiciste caso a Sophia, estás usando una crema para la piel reseca... ja, ja, ja... —bromeó él.

—Nunca le había prestado atención a eso, pero desde que me lo dijo que la estoy usando, esa chica es tan influyente e hiriente...

—Esa chica me ha salvado la vida...

—Lo sé... ¿crees que ella lo hizo porque está enamorada de ti?

—Ja, ja, ja definitivamente Sophia no está enamorada de mí... —se rio Louis.

—Porque no quisiera incomodar con esta actuación y meterme en algo que hubiera entre ustedes... —comentó Dayana.

—Supongo que de todas maneras ella no podría verse afectada, sabe bien que esto es una farsa, una chica como tú jamás se fijaría en un chico como yo... digo eres famosa, rica...

—Ante todo soy una chica, y puedo enamorarme como cualquiera...


*

Gastón se sentó junto a Dayana como todos los días, sin embargo, este no era para nada un día más.

—Oye, ¿tienes algo que hacer el viernes o el sábado?

—¿Me estás invitando a salir? ¿Te enteraste de que estoy saliendo con Louis?

—Vamos... ambos sabemos que eso es mentira... te invito a salir como amigos, entonces.

—Shh! Baja la voz. Está bien acepto, pero solo como amigos. No porque seas tan apuesto —Dayana sonrió— pero nadie nos tiene que ver, no quiero que se filtre en las redes que soy una cualquiera. La gente habla idioteces todo el tiempo —susurró.

La más odiada 2Where stories live. Discover now