INVESTIGACIÓN EN GRUPO

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Sirius permaneció bajo el suelo durante un pequeño periodo de tiempo, el suficiente para poder asegurarse de que el pasillo estaba despejado y, una vez fuera, echó a correr por los pasillos, esta vez sin importarle que lo escuchasen. En esos momentos estaba preso por la emoción, el pánico y la rabia, una mezcla de sentimientos tan contradictorios que lo hacía sentirse fuera de sí.

Estaba deseando llegar a su dormitorio para contarles a sus amigos todo lo que había pasado.


Al llegar frente al retrato de la Dama Gorda se quitó la capucha de la capa de invisibilidad para que el retrato no creyese que eran imaginaciones suyas y lo dejase sin poder entrar a la Sala Común.


-Meigas Fritas.

-¿Qué?


La cabeza de la señora, que hasta ese momento había permanecido plácidamente dormida, resbaló de la palma de su mano y casi cae sobre uno de los reposa brazos de la silla. Entonces Sirius se preguntó por primera vez si la gente de los retratos podían sentir dolor. Seguramente sí, porque por lo visto también necesitaban dormir.

La señora se frotó los ojos con los puños, bostezó sonoramente y solo entonces fue cuando reparó en la presencia de Sirius.


-¿Qué haces tú aquí?

-He salido.

-¿Lo sabe McGonagall?

-¡Meigas fritas!

-Intuyo que eso es un no. -Dijo la pintura mientras el retrato se abría y Sirius se adentraba en la Sala Común. Cuando estuvo dentro se tomó cierta calma para volver a su dormitorio. El toque de queda no especificaba que no pudieras pasearte por la sala de tu propia casa.

En cuanto abrió la puerta no pudo controlar el nivel de su voz.

-¡No os vais a creer lo que...!



 La frase quedó inacabada, pues Sirius vio a sus tres amigos durmiendo en la cama de Peter. A juzgar por las posturas que tenían y porque la rata de Peter tenía el pelaje teñido de amarillo, debían de haber estado practicando transformaciones cuando se quedaron dormidos. Sirius se quitó la capa y se la echó por encima a sus amigos. Era posible que eso pudiera dar lugar a alguna situación divertida a la mañana siguiente.

Se metió en su cama, corrió las cortinas y, tras quitarse el uniforme y quedarse en ropa interior, se cubrió con las mantas. Al principio pensó que no sería capaz de quedarse dormido, el día había sido demasiado emocionante -sobretodo las últimas horas- como para querer terminarlo. No obstante, el primer día de clases había sido también largo y, aunque no quisiera admitirlo, había pasado un mal rato pensando en que podrían expulsarlo.

Por todo esto, apenas cinco minutos después de meterse en la cama,Sirius se quedó profundamente dormido.


A todos les pareció que el despertador de Remus había sonado demasiado pronto.

James fue el primero en ponerse en pie y, cuando se dio cuenta de que había estado durmiendo bajo la capa invisible de su padre, fue a la cama de Sirius, descorrió las cortinas y... gritó despertando a los demás.


-¡¿Qué pasa?!-La voz de Peter denotaba miedo.

-¡Está desnudo! -James se tapaba los ojos con tanta fuerza que podría hundirlos dentro de su propio cráneo.

Sirius Black y los Merodeadores.Where stories live. Discover now