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Pasaron tres días en los que Sanha tuvo que hacer reposo en su cuarto, pues aún no estaba en condiciones de regresar a clases.

Tres días donde fue completamente consentido por su bello arcángel, quien estaba atento todo el día a su pequeño Sanha.

Pero al cuarto día ya se sentía mucho mejor y ya era hora de volver a la escuela. No podía seguir faltando.

Con buen ánimo se puso el uniforme y se dirigió a clases comiendo una gran manzana de su árbol manzano preferido.

Al ubicarse en su asiento de siempre, fue fulminado por la mirada de los demás alumnos.

Sanha se sentía acongojado mas no le dio mucha importancia, pues el profesor había llegado para dictar su materia.

El pequeño se obligó a prestar atención, pues quería aprobar para no tener más problemas con sus padres.

Las horas se pasaron volando y ya era momento del receso, faltaba muy poco para regresar a su cuarto.

Sanha quiso salir al jardín pero su paso fue obstruído por un grupo de alumnos.

— ¿Sabías que por tu culpa los otros días nos tuvieron de castigo? ¡Nos hicieron buscarte todo el puto día cuando tú te habías escapado vaya a saber donde! —Le gritó una alumna.

— Nosotros ya te dábamos por muerto. —Rió otro joven.

— Lo siento. —Se limitó a decir.

— ¿Sólo eso dirás? No, no, no. Ahora nos pagarás por todo lo que tuvimos que pasar los otros días. —Un chico se cruzó de brazos.

Sanha buscó la salida con la mirada, pero estaba rodeado de alumnos. No tenía escapatoria.

¿Dónde está Eunwoo? —Pensó para sí mismo mirando hacia la ventana— Hyung, ven pronto por favor...

Al cabo de unos segundos, el arcángel ingresó volando por la ventana luego de oír sus súplicas. Al ver la situación en la que el menor se encontraba, corrió y se paró a su lado.

Sanha sonrió.

— ¿¡De qué te ríes pendejo!? —Gritó con ira el que parecía ser el líder de aquel grupito.

— Háganme algo si se atreven. —Sonrió de manera ladina.

— ¿Ah sí? ¡Pues toma, te dejaré pareja la otra mejilla! —Gritó refiriéndose a que dejaría también morada la otra mejilla. El doble de enojado, corrió hacia Sanha y le dio un fuerte puñetazo en la mejilla sana.

Pero antes de eso, Eunwoo lo abrazó con sus alas.

Esto no hizo que se retracte de su acción como lo hizo con el padre de Sanha, pero sí hizo que el menor no sintiera ni un rasguño.

Sanha cerró sus ojos con fuerza, pero al no sentir ningún dolor, los volvió a abrir y levantó sus cejas.

— ¿Así golpeas? Pff. —Rió Sanha, sabiendo que en realidad no le dolió gracias a su arcángel.

El alumno quedó perplejo, pues le había propinado un fuerte golpe y aún así el menor estaba intacto.

— Hazte a un lado. —Otro compañero, un poco más robusto, apareció por detrás abriéndose paso entre los demás.

Sanha tragó saliva.

Sin mediar palabra se dirigió a él con objetivo de tomarlo por los brazos y dejarlo sin escapatoria, pero el arcángel se le adelantó tomándolo y haciéndolo a un lado a una velocidad increíble y casi imperceptible. Muy rápido para ser un ser humano estándar.

I Can Never Fly ; Eunsan || ASTRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora