008

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Pasaron tres meses desde aquel día donde el pequeño Sanhita le había dicho a su arcángel cuán hermoso era.

Aquel día donde el menor apartó la mirada con sus mejillas de un color un tanto rojizo, mientras que el mayor rió con ternura e inocencia.

Durante todo ese tiempo Sanha siguió siendo molestado por sus compañeros, pero se lo tomó mucho más a la ligera, pues sabía que tenía un protector y que a la salida de la escuela lo esperaba con ansias para conversar.

—¿Cómo te fue hoy, niño? —El arcángel desplegó sus alas una vez llegaron a la azotea.

Acordaron que la azotea sería su lugar secreto para charlar libremente sin tener que ocultarse.

—Genial, ¡me dieron los resultados de los exámenes y aprobé todos! —El pequeño aplaudió.

—¡Hey, te felicito! —Despeinó los castaños cabellos del menor— Te está yendo mucho mejor últimamente.

—Gracias a ti. Eres mi fuerza para seguir. —Sonrió tiernamente.

—Me alegra ser útil en tu vida. —Eunwoo mostró su hermosa sonrisa.

“Uno”. Pensó Sanha para sí mismo, a la vez que se sonrojaba levemente.

Desde hacía un tiempo, a Sanha se le hizo costumbre contar cuántas veces en el día su arcángel le mostraba su bella sonrisa.

Tarea que se le dificultaba bastante, y hasta perdía la cuenta, ya que Eunwoo sonreía demasiado durante el día. Algo que Sanha amaba.

—¿Tienes calor? —Eunwoo lo miró con curiosidad.

—¿Eh? ¡No, no! ¿Por qué? —Abrió sus ojos de par en par.

—Porque tu rostro está un poco colorado. —Se acercó al menor y lo observó desde una muy corta distancia, la cual puso nervioso al pequeño Sanha, quien desvió la mirada.

—Ehh, no. Para nada… —Susurró apartando la vista.

—Bueno, si tienes calor avísame, así damos una vuelta por el jardín. —Sonrió.

“Dos” Pensó nuevamente el pequeño a la vez que contaba con sus dedos.

El día transcurrió y ya casi era la hora de dormir para el menor.

— ¡Ah, por fin es viernes! —Habló Sanha en voz alta tirándose a su cama— Podré dormir hasta tarde mañana.

— ¿En serio te quedarás durmiendo? Perdedor. —Carcajeó su compañero Minhyuk mientras se echaba su perfume frente al espejo.

— ¿Por qué no? Mañana no tenemos clases. —Lo miró extrañado.

En ese momento se percató de la ropa que llevaba su roomie. Traía unos pantalones de cuero ajustando sus trabajadas piernas y una camisa sin mangas, con algunas cadenas colgadas en su cuello. También tenía el cabello alborotado y algo mojado. Claramente estaba por salir.

— Hoy se realiza la fiesta del instituto. No me extraña que no estés enterado. —Rió.

— Ahh no me interesa eso. —El menor sonrió orgulloso— Prefiero descansar o quedarme haciendo otras cosas más entretenidas.

— Tú no sabes lo que es la vida. —Rió mientras tomaba su chaqueta— Bueno, pórtate bien, no me esperes. —Dijo con sarcasmo antes de salir por la puerta sin despedirse.

El menor se encogió de hombros y enterró su rostro en su almohada.

— ¿A dónde fue? —Preguntó con curiosidad el arcángel sentándose al lado de Sanha.

I Can Never Fly ; Eunsan || ASTRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora