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— Maybe I, I can never fly~

Yoon Sanha se encontraba en su cuarto con sus auriculares puestos, cantando a todo pulmón su canción favorita: Awake de BTS.

Él amaba este grupo, era como un loco obsesionado por ellos y su música, pero por sobretodo esa canción con la cual se identificaba tanto.

— Y nunca podrás volar, así que cállate. No me dejas leer tranquilo. —Habló su roomie quien se encontraba leyendo un libro en su cama.

— Yo… Lo siento, Rocky. —Dijo apenado mientras apagaba su música.

— Ya te dije mil veces que me llames Minhyuk. Sólo mis amigos tienen permitido llamarme Rocky, y por supuesto que tú no eres uno de ellos.

Sanha suspiró, estaba acostumbrado a que lo tratase de esa forma.

— Está bien, Minhyuk. —Dijo resignado, pues no pondría objeción.

Aburrido, sin más que hacer, miró a través de la ventana.

Se encontraban en un tercer piso, por lo que podía observar las copas de los árboles.

Sanha amaba mirar las aves que allí se encontraban y dibujarlas. No era muy bueno dibujando, pero al menos se entretenía haciéndolo.

Las alas de las aves llamaban mucho su atención, pues su sueño era volar como un ave.

Todos hemos soñado con volar alguna vez, ¿verdad? Está bien, pero Sanha tenía cierta obsesión con esto. No le bastaría con viajar en avión o tirarse en un paracaídas, no, y además sus recursos económicos tampoco se lo permitirían, pues él se encontraba en el internado de su escuela puesto que para sus padres, el pobre niño era un estorbo. Así que lo internaron para que estudie y así cuando sea grande pueda generar su propio dinero y dejar de ser una molestia para ellos. Claro está que Sanha no tenía ni un centavo allí dentro.

Volviendo al tema de su sueño, él y su testaruda cabecita sabían que de momento era imposible para el ser humano volar cual ave en el cielo, pero nunca perdía las esperanzas.

Estaba tan solo en su casa, en su escuela, en su vida, que el único en quien confiaba era en un ser superior, un Dios.

Sanha no tenía una religión, pues no estaba seguro de que aquellas cosas existieran, y al no poder comprobarlo se mantenía al margen. Pero lo único que sabía es que necesitaba de un ser superior para no sentirse tan solo y poder afrontar todos sus problemas. Era una especia de auto consuelo. 

Muchos decían que era una tontería que el pequeño Sanha crea en un Dios, y hasta se burlaban de él por ello, pero a él no le importaba. Su Dios era lo único que tenía, en quien confiaba.

Luego de observar las aves, tomó un cuaderno y comenzó a dibujar las alas de aquellos animalitos que anidaban en lo alto de esos árboles. De distintos colores y tamaños.

—Si tanto te gustan las alas, ¿por qué no te compras compresas con alas? —Se burló su compañero de cuarto.

Sanha bajó el lápiz y lo miró confuso.

— ¿De qué hablas? —Le preguntó con curiosidad.

— Además de ingenuo, tonto. —Torció su boca— Ya sabes, las toallas femeninas, esas que las chicas usan en sus días del período. Tienen alas. —Rodó los ojos.

Sanha se sonrojó, y no sabía muy bien el motivo. Quizás porque nunca había tenido contacto con una chica y no solía hablar de ese tipo de cosas.

Bajó la mirada y siguió dibujando, sin responderle a Minhyuk, quien disfrutaba de hacer sentir incómodo al inocente de su roomie.

Su día fue igual a todos los demás-

Sanha estudiaba lo suficiente para aprobar, pero no le interesaba tener excelentes calificaciones. Simplemente no destacaba mucho, y para él eso era lo mejor, pues no le gustaría llamar demasiado la atención.

Bueno, en realidad si destacaba mucho en algo y eso era el canto. Tenía una voz hermosísima y cantaba como los ángeles.

Nadie sabía de ese talento innato de él, bueno, sólo Minhyuk quien lo escuchaba cantar en la ducha o cuando le pedía que se calle cuando se encontraba leyendo. Él no sabía aprecias el talento de su roomie.

Ya ambos compañeros se encontraban durmiendo, era lo suficientemente tarde para estar despiertos, siendo que al día siguiente tendrían clases.

Y aquel momento donde los niños dormían, era el indicado para que Eunwoo se escabulliera por la ventana del pequeño cuarto.

No era necesario abrirla, él podía atravesarlas y no causar absolutamente ningún ruido, puesto que él era un arcángel.
Sí, era una misteriosa criatura, la cual muchas personas nunca habían sentido nombrar en su vida, pues no todo el mundo sabe sobre aquellas mitologías y criaturas místicas.

El arcángel Eunwoo se sentó en la cama al lado del pequeño castaño, y ese era el momento del día más tranquilo para Sanha, donde encontraba la paz a pesar de que dormía. Pues de todas formas en sus sueños se sentía de maravilla y lograba conciliar un sueño tranquilo y profundo.

Eunwoo acarició su cabello y se lamentaba de la vida que tenía que sobrellevar aquél pequeño inocente. Él de momento n podría hacer nada por Sanhita, más que acompañarlo y cuidar de él a pesar de que el menor no se enterara de que eso ocurría.

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Bueno, ¡hola a todos de nuevo! Y a los que no me conocen y este es el primer fic que leen de mi autoría pos bienvenido♡ (?

Comencé a escribir este fic hace mucho (Sanha aún tenía 16 años xD) y hoy por fin lo terminé. Les subiré ahora tres capítulos para que vayan viendo la idea y luego progresivamente subiré los demás. Al comiezo quizás les parezca aburrido pero si le dan una oportunidad sé que les va a gustar, las cosas se van a poner buenas en serio uwu

No es un fanfic religioso, así que si le erro con algunos datos, tengan en cuenta que simplemente es ficción xD

Será un fic muuuy tierno y con mucha magia y cositas así. 💛

Me arriesgue a escribir ficción porque es mi género favorito y yo amo con toda mi vida los ángeles y arcángeles.

Así que bueno, eso es todo. Espero que le den mucho amor a esta historia y disfruten de estos tres primeros capítulos. 💜

I Can Never Fly ; Eunsan || ASTRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora