Capítulo 22: Paciente tras paciente.

Comenzar desde el principio
                                    

— Le pediré tiempo, sirve que descanso un poco. — Miré el techo por unos minutos para después prestar atención a mi celular. Buscando entre todos mis contactos a mi colega de Nueva York. Esperé unos minutos mientras sonaba la llamada.

— Doctora Penélope que bueno que me llama. — Dijo aquel hombre de voz cansada al otro lado en la línea.

— Doctor Pine, la razón de mi llamada es para hablar del expediente y el paciente que necesita mi ayuda. — Dije seria.

— Es un caso que se me fue de la mano, ese hombre se ha descontrolado por completo y no quiere derribar sus muros. He tratado de muchas formas y simplemente cada vez que logro un paso, el paciente retrocede 10 pasos atrás. La única opción que me queda es usted.

— Doctor... — Suspiré. — Tomaré el caso, pero tengo que pedirle tres meses, apenas hoy acabe con otro paciente y mi cansancio físico y mental son demasiado, ya no soy la misma que hace 10 años.

— Entiendo. ¿Tres meses verdad? Hare lo posible para mantener al paciente preparado para cuando usted llegue.

— Muchas gracias. Cuando esté lista, le llamaré para confirmar mi llegada a Nueva York. — Colgué un poco desganada, ni siquiera me despedí como era debido, pero simplemente ver al paciente que me tocaba esta vez era algo complicado. Tal vez un poco de coraje porque esa persona hizo sufrir a mucha gente, incluyendo a él... Sera divertido ver qué tipo de persona es y qué miedo y preocupaciones tiene pero al mismo tiempo tengo miedo de que emociones personales intervengan en mi trabajo. Una jugarreta del destino. — Con que... Connor Stone eh. — Fruncí el ceño, algo me molesta.

****************

— ¡No me jodas! ¡Connor Stone! ¡¿Tu paciente?! — Varios días después, en mi hogar en Texas, me encontraba platicando con Anthony vía Skype, el hombre estaba más que sorprendido ante lo que le había contado. — ¡Deberías darle una tortura a ese hijo de su mamá!

—... Ya veré. — Dije seria. — Ahora necesito pensar que hacer y a lo que me voy a enfrentar.

— Lo más seguro es que sea a un hombre lleno de rabia, alcohol y completamente derrotado. — La mirada de Anthony se veía seria mientras en la parte inferior de la pantalla de mi computador aparecía un correo de aquel agente del FBI. — Detective Evans. — Susurré.

— ¿Quién ese? — Veo molestia en la cara de Anthony lo cual me causa una pequeña risa.

— ¿Celoso Anthony? — Sonreí pícaramente.

— En tus sueños mujer loca. — Simplemente me pareció raro que menciones a un detective. ¿Paso algo?

— No, pero... ¿Recuerdas que una vez te comenté acerca de aquellos doctores que se obsesionaron con la manipulación mental?

— Si recuerdo. Después empezaron a experimentar con su propio hijo y después huyeron dejando a su hijo con daños irreparables. ¿Qué sucede con ellos?

— La razón por la cual estoy en contacto con el FBI, es que unas de sus principales influencias para su oscuro experimento son mis trabajos y las sesiones especiales en las que he trabajado. — Empecé a leer detenidamente el correo y mis miedo se hicieron reales, aquel par de esposos estaban yendo a los extremos. — Anthony... ¿Dónde estás ahora?

— ¿Yo? Estoy en Puebla, acabando con las conferencias alrededor de todo México pronto regresare a Estados Unidos. Mi primera parada será Nueva Inglaterra.

— Por favor, ten cuidado. — Dije preocupada. — Al parecer esos dos han empezado a secuestrar a mis pacientes... Encontraron a dos... Muertos y con signos de tortura. Si ellos están tras mis pacientes entonces no...

— Penélope, tranquila. Solo piensa con calma, los detectives están tras ellos ¿No? No van a volver a actuar hasta después de tiempo ahora que el FBI sabe que están secuestrando a tus pacientes. Tú debes continuar normal, has lo que tengas que hacer con Connor Stone, yo le avisaré a tus pacientes, y les comentare que tengan cuidado de ahora en adelante.

— ¿Le comentarás a Max?

—... — Ambos sabíamos la respuesta. — Sabes que él está saliendo de la sesión, lo mejor será mantenérselo oculto, pero le comentaré a Samuele para que contrate a alguien que este a su lado.

— ¿Y tú Anthony? — Mis miedos salían a flote a pesar de que a través de los años podía controlarme en cualquier situación.

— Ya estoy bastante grandecito para cuidarme solo, Jajajaja, no te preocupes. Te dejo, tienes que calmarte y yo empezar a trabajar en esto. Te estaré enviando mensajes seguidos. Cuídate Penélope.

— Tu también... Anthony yo... — Traté de decirle lo que sentía. Pero había acabado la video-llamada. Dejándome viendo la pantalla mientras caía una lagrima por mi mejilla susurrando al aire lo que iba a decirle. —... Te amo.

**************

— ¡Maldita vieja! — Me hacía de oídos sordos, pasaron los meses sin mayores novedades, a pesar de estar con la preocupación por mis pacientes aquellos dos desaparecieron, sin atacar y sin ser rastreados. Me sentía un poco más calmada pero con la duda en mi mente y aquel miedo en el borde. Pero ahora me encontraba en Nueva York con este hombre que me está ofendiendo con distintas palabrotas que ni yo conocía. Sonreí y simplemente tome un balde con agua fría y lo empape con el líquido vital. — ¡Esto es estúpido! ¡Esto es secuestro! ¡Hija de puta!

— Eres tan testarudo Connor, esos bellos ojos azules dan miedo al notar la furia desbordada por ellos. — Dije sarcásticamente mientras sonreía.

— ¡Te ordeno que me sueltes! — Gruñía el hombre lo cual me causaba más risa.

— Veo que te sientes todo un león indomable... Pero te prometo que después de mí, solo serás un gatito pidiendo amor...

Dije para aventarle más agua helada. Sera otro año difícil...

21 Noches a tu lado  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora