21 Noches a tu lado [EDITANDO]

7: Aclaraciones y un nuevo sentimiento.

— Max ¿Qué es esa marca en tu cuello? — Me quedo sorprendido al ver ese chupetón en el cuello del chico. No dejaba de mirarlo, me levanto y lo miro tristemente mientras él solo esta cabizbajo. No lo entiendo, no lo comprendo, ver esa marca en su cuello... ¿Por qué? ¿Por qué provoca esta reacción dentro de mí? — Ahora soy yo quien está enojado. No pensé que tu fueras de esos chicos Max... — Mi entrecejo se junta, mis puños se aprietan cada vez con más fuerza, siento como la sangre dentro de mi empieza a hervir. No puedo soportar ver a Max agachado con esa cara de tristeza, desvió mi mirada porque sé que si lo sigo viendo podría hacer algo de lo que me arrepienta después.

— No, No es lo que parece... Puedo explicarlo. — Comentó nervioso.

— ¿Explicar? ¿Qué es lo que quieres explicar? — Volteo de nuevo a verlo, su mirada sigue baja, pero ahora camina a la puerta de su habitación.

— Lo que hice en todo el día... Desde que me fui hasta hace un momento. — Abre la puerta de su cuarto lentamente. — Por favor pasa. — Me comenta, su voz se oye triste, lo cual me preocupa porque tal vez lo que me va a decir es malo. Entro y tomo asiento en la parte delantera de su cama, miro al techo y siento el nerviosismo recorrer mi cuerpo como si fuera agujas pinchándome, no sé lo que pueda esperar de esta plática, pero tal vez sea necesaria.

— ¿Y bien? — Es lo primero que se me ocurre decir para evitar ese clásico silencio incómodo, Max solo sonríe un poco al sentarse a lado mío y al igual que yo mira al techo pensante por un momento.

— Primero que nada, yo... Bueno... Emmm... Quiero disculparme por lo de esta mañana, en verdad me pase con ambos... Es solo que estaba descontrolado, nunca... Bueno, nunca me había enfadado tanto y menos en frente de alguien... Yo... Me desquite con ustedes y eso estuvo mal. — Veo a Max serio mientras el sigue mirando hacia arriba, noto que sus ojos están hinchados y rojos, se ve un claro arrepentimiento, lo siento y con eso me basta.

— No te preocupes, estas perdonado. — Digo lo más sincero posible, dándole a Max una pequeña sonrisa de mi parte, esperando que tal vez la tensión y los nervios bajen un poco en ambos.

— Gracias... — El asunto de la mañana ya estaba resuelto, pero más que nada lo que me importaba era esa marca que cargaba en su cuello. ¿Qué había hecho durante el día? ¿Quién le hizo ese chupete en el cuello? Tengo que saberlo, necesito saberlo... — ¿Y? ¿Qué hiciste todo el día? ¿Me dirás la razón de ese chupetón? —

— Si, veras. Después de irme, tomé mi auto y me fui a enfriar la cabeza... Como ya me es costumbre. — Su voz se sigue oyendo triste, a pesar de tener una pequeña sonrisa y su mirada postrada en el suelo, tal vez pensando en cómo decirme todo.

— Sí, lo sé... Tu madre me lo dijo. — Digo serio, también mirando al suelo, aunque Max se sorprende y por fin voltea a verme.

— ¡¿Hablaste con mi madre?! — Exclama asustado.

— Así es, la verdad es que te estuve esperando afuera durante todo el día. Tu madre me vio y me conto lo que acabas de decirme, nada más... — Menciono mirándolo, nuestras miradas se cruzan y siento como una sonrisa se quiere formar en mi rostro, pero lo evito, ya que necesito escuchar todo de Max antes de sonreírle.

— Ya veo. — Me dice volviendo a mirar al suelo, juguetea un poco con pulgares, pero continúa con su relato. — Como dije, es una mala costumbre, pero... Yo fui a la playa a una que está lejos de aquí... Me senté cerca del mar lejos de la gente y me puse a llorar. —

— Se te nota en los ojos... Lloraste todo el día, ¿Cierto? — No sé bien la razón, pero al oír al chico y al acabar mi comentario, puse mi mano en su cabeza, creo que es una forma de consolarlo y decirle que todo ha pasado. Sus ojos me observan sorprendidos y el color carmín en sus mejillas se comienza a notar, no pude más evitarlo y sonreí al verle.