Capítulo 17

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Sus brazos reposan en su espalda, totalmente inmovilizados por las cuerdas sumamente apretadas que lo rodeaban, la cabeza aun le dolía de a ratos como si de un golpe con martillo se tratara y tenía un miedo sofocante que no le permitía pensar.

La señora Min iba a visitarlo una vez al día y le daba de comer en ese momento, solamente un pedazo de pan y agua. Ahora JungKook se encontraba limpiándole el cuerpo con un trapo húmedo retirándole manchas de tierra y una que otra cortada en el cuerpo, el joven temblaba, podía notarlo a simple vista. El ambiente, a pesar de ser frío ya no entumecía

— Lo lamento, Jimin. — El mencionado sólo le dio una mala mirada y volteo el rostro para evitar observarlo, le daba asco tener que estar cerca de él. — Sé que tienes miedo pero saldrás de aquí pronto, te lo prometo.

— ¿Salir?, ¿Cómo pretendes que lo haga?— Respondió bruscamente. —Estoy amarrado, soy torpe, débil y seguramente mi familia no me está buscando,

— Lo harás, Mocchi. — Y le acarició suavemente la mejilla con sumo cariño. —Tal vez tu familia no lo hace pero YoonGi sí.

Jimin no terminaba de procesar el cambio de actitud de su próximo cuñado, de hecho, ni siquiera lograba entender muchos aspectos de esa familia entera y mucho menos podía entender las cosas que decía.

Esta familia está loca.

Tal vez hubiera seguido pensando en eso pero la puerta fue abierta abruptamente, era hora de que lo alimentaran, bueno, de que lo humillaran, lo golpearan y, luego, lo alimentaran. JungKook se escondió con toda la rapidez que pudo detrás de unas cajas con cosas viejas y tela que se encontraban por ahí, olvidadas en una esquina de la habitación. La mujer de edad avanzada entró junto con dos guardaespaldas Betas tras ella, rápidamente desataron al pequeño Omega y le tendieron la bandeja con comida. Le desataron las manos con poca delicadeza y mientras el pequeño se sobaba las muñecas, enrojecidas por la fuerza del agarre de la cuerda, estos sacaban armas para así asegurarse que no escapara.

El de cabellera pelinaranja no se hizo esperar para comenzar a comer pues el hambre lo estaba matando.

— No tienes modales. — Dijo la mujer mirando con asco al Omega.

— ¿Espera que los tenga cuando muero de hambre? Además, no es como que traigan tenedor y cuchillo junto a una jarra con una flor dentro— Este ni siquiera la miró mientras se ocupa alimentándose de lo poco que tenía, estaba enojado y asustado, sus respuestas salían solas.

—Yo los tendría sin importar el alimento que me dieran ni su presentación. — Respondió con sorna. — Ahora veo porque no brillas en sociedad. 

— La necesidad convierte al hombre en bestia.— Y recordaba esa frase viniendo de su madre en algún momento de su corta infancia mientras dos Alfas peleaban a golpes frente a ella.

— No me obligues a matarte ahora, gatito insolente. — Replicó con cierto tono juguetón en la voz, Jimin era un tanto, interesante.

— No soy un gato.

— Eres un gato montés, ni de broma llegarías a ser un verdadero lobo.— Y ahora sí rió genuinamente. 

Sólo se está burlando de mí.

— Podré ser un gato montés pero usted es una perra.— Y esa cara de gracia se desfiguró lentamente a una casi indescifrable. 

— ¡Una loba! Una loba sangre pura y la verdadera líder de la imparable familia Min.

— Sólo son viles asesinos de gente inocente. — Dijo tratando de no doblegarse ante la mirada pesada de aquella mujer.

— Somos gente que ve a futuro, planeamos, obtenemos y ganamos, siempre. — Sonrió y elevó el mentón demostrando el orgullo que sentía ante esas palabras. — Todo comenzó cuando nos llegó una crisis económica hace unos años, asesinar y engañar nos dio buenos resultados pero mi Alfa y yo queríamos más.

Matrimonio Arreglado ~YoonMin~ OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora